Habrá que ver qué palos de los aquí presentes seguirán aguantando su vela en el año 2043. Lo único que tengo claro es que Diario del Puerto soplará entonces 50 velas, una por cada año de vida, y que alguien habrá a bordo de este barco de papel y bites con los pulmones suficientes para apagarlas de un único soplido. Y es que, reconozcámoslo, los cumpleaños se nos dan francamente bien.
Lo cierto es que tengo cierta aprensión a imaginar escenarios futuros, pongamos por caso a 25 años vista. Si miro por el retrovisor del tiempo descubro que sí, que de tanto y tanto apagar velas la vida es un soplo, un instante. Gozoso, pensémoslo así. Pero, por el contrario, si miro con las gafas de ver el futuro me descubro aturdido y perdido en un mundo hipertecnologizado que no reconozco y, esto es lo peor, que no me reconoce. Y encima 25 años más viejo y con una pensión de risa. Poca broma. Por tanto, ¿a quién le interesa imaginar el futuro cuando es el presente el estado en el que cuerpo y mente mantienen aún sus constantes vitales a unos niveles todavía aceptables?
Coincidiendo con su 50 aniversario, TT Club, la principal aseguradora internacional de transporte de mercancías, junto con la consultora de gestión global McKinsey, ha publicado el informe “Brave new world? Container transport in 2043”, cuya primera parte podría traducirse como “¿Un mundo feliz?”, lo que recuerda a la distopía descrita por Aldous Huxley en su novela de igual nombre.
Dicho informe recoge los pensamientos y las opiniones “apasionadas” de una treintena de líderes de la industria sobre lo que depara el futuro para el mercado del contenedor en los próximos 25 años. Tras la investigación, TT Club y McKinsey han obtenido cinco conclusiones generales sobre a dónde se dirige la industria para después examinar cuatro posibles escenarios futuros específicos y sus respectivas implicaciones.
Entonces, ¿qué cambiará en el futuro? ¿continuarán los conocidos ciclos de expansión y depresión? El informe “¿Un mundo feliz? El transporte de contenedores en 2043” establece cinco conclusiones generales.
1. Parece poco probable que las características físicas de la industria cambien, ya que el contenedor y los barcos que los transportan seguirán existiendo durante los próximos 25 años. Bien.
2. Los flujos comerciales serán más equilibrados a lo largo de las rutas comerciales a medida que convergen las rentas entre Asia oriental y las economías desarrolladas, y las economías emergentes en el sur de Asia y África avanzan. Vale.
3. La automatización se adoptará ampliamente en toda la cadena de valor, especialmente en el lado terrestre en puertos, terminales, ferrocarriles y camiones para desbloquear las ineficiencias. De acuerdo.
4. La digitalización y la analítica de datos provocarán un cambio fundamental en las fuentes de creación de valor y los clientes esperarán un alto nivel de confiabilidad, transparencia y facilidad de uso. Correcto.
5. Los líderes de la industria en 2043 serán muy diferentes. Unos se consolidarán; otros cambiarán su modelo de negocio. Algunos serán nativos digitales, bien como startups o especialistas de comercio electrónico que optimizarán el tramo del transporte de contenedores correspondiente a su cadena de suministro. OK.
Al final resulta que bajo el inquietante título de “Un mundo feliz” y la fecha de 2043, lo que emerge es prácticamente lo que ya podemos atisbar desde lo alto de este 2018 que se nos acaba. Me quedo mucho más tranquilo. Ya queda menos para predecir cómo será el transporte de contenedores en 2068... si es que aún siguen existiendo los contenedores dentro de 50 años. Habrá que ver también si este palo que les escribe seguirá aguantando su vela en 2068. No sé yo...
