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Buenas intenciones

Septiembre se encarga bien rápido de hacernos olvidar el verano y los placeres de agosto. Y sin embargo, el muy puñetero llega todos los años cargado también de buenas intenciones. Lo mismo que enero aunque ahora lo hace con la calefacción apagada y nuestras carteras casi vacías.

  • Última actualización
    02 septiembre 2019 17:12

El caso es que todo (o casi todo) el mundo tiene buenas intenciones. Porque como ya nos enseñó Manolo Summers, “To er mundo é güeno”.  Es más,  “to er mundo é mejor”. ¿Acaso no son güenos y están cargados de buenas intenciones los líderes del G-7, Trump,  Johnson y Macron incluidos, que se reunieron hace unos días en Biarritz  para no se sabe muy bien qué?

Para el sector del transporte, y en especial  el transporte de mercancías por carretera, el balance de la cumbre  del G-7 no entra, por descontado, a valorar las supuestas buenas intenciones de los miembros de este Club, sino las pérdidas millonarias provocadas por las severas restricciones a la circulación establecidas en la frontera franco-española entre Irún y Hendaia.

Así las cosas, aviso a navegantes: “que a nadie le extrañe, que cualquier día, en cualquier momento, el transporte de mercancías por carretera diga ¡Basta!”,  como alertó el presidente de CETM, Ovidio de la Roza, y que sean  los transportistas quienes retiren sus vehículos  de las carreteras “sin previo aviso, con devastadoras consecuencias”. 

El colapso en la frontera provocado por el G-7 ha puesto de manifiesto cómo las autoridades, tanto autonómicas como estatales, de España y Francia, han mostrado una absoluta falta de planificación para facilitar el libre desplazamiento de personas y mercancías entre los dos países y el resto de Europa.  El sector del transporte no se merece tal desprecio y como dice de la Roza, “la paciencia inveterada de nuestro sector está más que colmada”.

A veces las mejores intenciones sirven para obtener los peores resultados. Que se lo digan a David Cameron cuando convocó el referéndum sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea, sumiendo a su país en un caos del que Theresa May quiso pero ni supo ni pudo salir y que Boris Johnson está contribuyendo ahora a agravar. El transporte de mercancías será de nuevo pagano de estas “buenas intenciones” 

La ocurrencia de Donald Trump de sugerir a Dinamarca la compra del territorio de Groenlandia encaja en esta línea de “buenas intenciones” con resultados potecialmente dudosos o claramente catastróficos. Al menos, la Cumbre del G-7 podrá ser recordada porque antes de su inicio el presidente de Francia, Emmanuel Macron, apoyó la decisión de la naviera CMA CGM de no utilizar la llamada Ruta del Mar del Norte por el Ártico promovida por Rusia y China como una forma más rápida de transportar mercancías entre Asia y Europa.

El presidente y director ejecutivo de CMA CGM, Rodolphe Saade, ha avanzado que ninguno de los buques de su compañía utilizará la ruta, a pesar de la “gran ventaja competitiva” que ofrece a las líneas navieras. El uso de la Ruta del Mar del Norte representaría un serio peligro para los ecosistemas de esta parte del mundo, principalmente debido a las numerosas amenazas planteadas por accidentes, contaminación por petróleo o colisiones con la vida silvestre marina.

Margaret Thatcher dijo que “nadie recordaría al buen samaritano, si además de buenas intenciones no hubiera tenido dinero”.  Todo tiene su precio.