Antes de que tomemos conciencia de que nosotros hemos de defender lo nuestro, hemos de tener claro quiénes somos nosotros, qué es nosotros, qué es eso del colectivo logístico. ¿Existe? Si no existiera ese colectivo como tal, que todo es posible, no puedo negar que habríamos fracasado en buena medida. Y es que desde este Diario se ha trabajado mucho en variadas iniciativas enfocadas a crear, de verdad, colectivo, comunidad, familia logística. Desde el Concurso de Paellas, a los desayunos informativos, pasando por la Buti Buti, por citar algunos ejemplos, siempre hemos estado dispuestos a esforzarnos al máximo en organizar eventos que contribuyan a concienciarnos todos de lo mucho que nos falta para estar lo unidos que deberíamos estar, y de que ese es el único camino para lograr las metas propuestas. Por otro lado, los eventos, las celebraciones empresariales, han vuelto a surgir en el panorama logístico español, con la mejora de la economía, subrayando así de forma decisiva esa creación de conciencia de grupo. Cócteles de Navidad, Calçotada, Día del Transitario, Cena de Consignatarios, Nit de la Logística, inauguraciones, celebraciones de esta escala o de aquel nuevo servicio... los puntos de apoyo para la consolidación del sentimiento de familia se renuevan por doquier. La semana que viene tendremos la visita a Algeciras del considerado actualmente como el portacontenedores más grande del mundo, el "CMA CGM Antoine de Saint Exupery", y su capacidad para 20.600 TEUs. Y nos sentiremos orgullosos miembros de la familia logística, partícipes de esa corriente de crecimiento y progreso imparable de nuestro sector. Unos días después, otro récord a lo grande, a lo inmenso: la mayor concentración de logísticos que se conoce en el mundo se producirá en Valencia, con casi 6.000 profesionales en torno a 474 paellas. Y nos gusta coorganizar semejante fiesta, por su magnitud en cantidad de participantes y en calidad de ambiente. Todo lo que sirva para generar orgullo de sector será poco. Y es que nos consta que siguen ahí los estigmas de siempre, dispuestos a sangrar mala imagen ante la opinión pública, todavía demasiado crítica con todo lo que sea transporte y logística. Mala imagen o no todo lo buena que la importancia de nuestro sector merece. Hemos de estar más que concentrados, en unidad, para defender nuestro mundo y estar vigilantes siempre, sin fiarnos de que lo hagan otros. Los intereses logísticos los han de defender los logísticos. No nos engañemos. Sólo el sector sufre las inoperancias políticas día a día, sólo quien padece un mal acceso cada mañana o una deficiencia de infraestructura cada hora podrá poner el énfasis y la constancia adecuada para lograr las soluciones perseguidas. No progresaremos hasta que sean las empresas y las asociaciones lo-gís-ti-cas las que capitaneen la lucha por las inversiones necesarias, las leyes adecuadas, los gobernantes idóneos, y las administraciones públicas con directivos consensuados con el sector. Ojalá esas vibraciones que siento o que quiero sentir, esa concienciación de colectivo, de comunidad, se vayan consolidando y permitan más pronto que tarde, que el sector logístico lo defiendan los logísticos como merece, hasta que no haya de qué defendernos. Salvo de nosotros mismos.
