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El mérito de FETEIA

Los seres humanos somos profundamente individualistas y, por tanto, antidemocráticos. Aceptamos la democracia, como sistema menos malo, siempre y cuando los resultados de las votaciones coincidan con nuestros deseos. Con esa raíz, como digo, se torna especialmente complejo hacer cosas en común, reunir criterios y esfuerzos para luchar por metas más altas. Cuesta subyugar los intereses inmediatos a objetivos generales. Tragarse el enfado particular por la paz general. Dejar de mirarse el ombligo y mirar al horizonte.

  • Última actualización
    22 septiembre 2017 00:00

Es complejo. Somos más de "yo, mí, me, conmigo". Por todo esto es realmente complicado sacar adelante una asociación del tipo que sea. Lo que ya es para nota es que, además, la asociación funcione y haga cosas. Si nuestro objetivo es crear una asociación, empresarial para más señas y además en el sector logístico, estamos ante el más difícil todavía. Nuestro sector aglutina egos más altos que los del vestuario del PSG. Junta más dioses que el Olimpo. Hacer que se subordinen para obtener metas complejas, objetivos elevados, es faena ardua. La clave pasa por encontrar a la persona que dirija el carro, que se responsabilice del colectivo, que lo lidere, para que me entiendan, aunque el término no me guste. Entre los modelos de presidentes de asociaciones, encontramos los que están por estar, que los ha habido, y vaya usted a saber si alguno queda, y los que están para hacer. Cuando se encuentra uno de estos últimos, hay que cuidarlo, porque la diferencia entre la asociación que puede emanar de unos y otros es inmensa. Hay que trabajar mucho y muy bien y, además, contra la corriente que a veces generan los propios socios. Esos socios están acostumbrados a mandar en todo y eso genera el peligro históricamente concretado de que les dé por crear asociaciones escindidas de las asociaciones, hasta encontrar la que les quede bien a cada cual, que suele coincidir con una en la que manden. Siempre está el peligro, como les pasaba a los gremlins, de que a una asociación les salgan otras, más pequeñas y más suyas. Los ejemplos ya los ponen ustedes. Cuento el lado oscuro del asociacionismo para que se valore en su justa medida lo que, por ejemplo, FETEIA está haciendo por los transitarios, de la mano de su presidente Enric Ticó y su directora general, Blanca Guitart. En los años que llevan al frente de los transitarios españoles está consiguiendo mantener unido y dinámico un gremio que precisamente es eso lo que necesita: estar especialmente junto y atento a los cambios frenéticos del sector, como única vía para seguir siendo un eslabón primordial en la cadena logística. Todos esas metas confluyen en el X Congreso de FETEIA que se celebra del 21 al 24 de este mes de septiembre en Vigo, en el que se trata de mostrar la unidad del colectivo, repasar novedades, interactuar con otros colectivos vinculados a su actividad diaria, fomentar la concordia y, lo que quizás sea lo más importante, darle la máxima visibilidad al colectivo ante autoridades políticas y antes la opinión pública. Los objetivos de este X Congreso son tan ambiciosos como realistas, basados en un trabajo especialmente intenso de FETEIA, perfectamente sincronizado con la implicación de Juan Uhía al frente de ATEIA-OLTRA Galicia, para culminar en un programa ciertamente atractivo, que lo convierte en todo un éxito antes incluso de realizarse, más incluso por el hecho de haber conseguido reunir a más de doscientos congresistas, una cifra contundente y que es una muestra palpable de todo el trabajo que se ha realizado. Enhorabuena. A FETEIA por colaborar a acrecentar la importancia de los transitarios y a los transitarios por confiar en FETEIA y en su imprescindible capacidad de conducirles a buen puerto.