No apetece nada sacar la cabeza de la madriguera en estos días. Por la que está cayendo, digo. De viento, de lluvias y de meteduras de pata anti puertos de unos y otros.
Ha pasado lo mismo con las inclemencias meteorológicas que con las declaraciones de los políticos sobre nuestro sector, que cuando creemos que va a amainar la cosa, va y resulta que arrecia el temporal, en la climatología también. Saldrá el sol, suponemos, pero… qué días nos están dando. Incluso hemos tenido que escuchar que el temporal y sus duras consecuencias también es culpa de los puertos. Están investigando si la muerte de Manolete fue por un toro o por un transtainer. Sé que muchos humanos envidian la posibilidad que tenemos los suricatos de asomarnos a ver qué pasa y, ante el tedio que produce la calma chicha o el mal rollo que da la proximidad de algún depredador… volver a nuestro mundo, donde ni se les ve ni se les oye. Gloria se llama, la tormenta y la sensación de librarse de ellos.
