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Homenaje al transporte

Médicos, enfermeros, personal sanitario en general son sin duda más que merecedores de los homenajes espontáneos que, a modo de aplausos y jaleos, la población del país les dedica cada tarde/noche por su dedicación, entrega y sobre todo, por poner en riesgo su propia vida cada día por atender a los afectados del maldito coronavirus que nos ha tocado en desgracia vivir estos días.

  • Última actualización
    03 abril 2020 14:31

Lo mismo para otros sectores como las fuerzas de seguridad,  tales como la Guardia Civil, cuerpo de Policía, tanto nacional como autonómicas y/o municipales, cada uno haciendo lo que buenamente puede de acuerdo con sus posibilidades y medios disponibles.

A todos ellos mi particular aplauso, ya no diario sino que constante por su esfuerzo y entrega que además queda reflejado y divulgado día a día en periódicos y otros medios de comunicación.

Con toda seguridad hay otros sectores con idéntico, o incluso superior según los casos, grado de entrega, devoción y riesgo para sus propias vidas como puedan ser los profesionales del sector del transporte.

¿Alguien piensa en ellos durante estos difíciles días que nos está tocando vivir?

¿Alguien se ha parado a pensar en aquellos que trasladan/mueven/transportan cualquier tipo de mercancía durante estos días en los que la mayoría de la población está obligada a estar confinada en su propia casa y, en el mejor de los casos, a teletrabajar desde sus propios hogares?

Debido al tipo de trabajo que he desarrollado durante los últimos 50 años, el primer tipo de transporte que me viene a la cabeza es el de los contenedores, por el que admito tener una especial simpatía, admiración y debilidad personal, tal y como lo he reconocido públicamente en diversas ocasiones.

Transportes de larga distancia, de corta distancia, acarreos, entregas de compras on line en domicilios y, si me apuran, incluso aquellas empresas que cuidan de enviar/entregar comidas a domicilio.

Imagínense ustedes que este tipo de actividades no estuvieran consideradas como una “actividad esencial”, ¿Qué ocurriría entonces? ¿Se lo pueden ni tan siquiera imaginar?

Vuelvo al sector del transporte de contenedores para, desde este artículo, rendirles un sincero y efusivo homenaje y ya no solo por su actividad diaria sino por su constante “estar ahí”... siempre, al margen de las circunstancias que, en términos generales, raramente han sido favorables a sus intereses personales y/o profesionales.

Salvo en contadas ocasiones, los hemos tenido siempre ahí, dando el callo (disculpen la expresión) y en términos generales nunca han representado un palo en las ruedas que, salvo momentos puntuales, hayan impedido el normal desarrollo de la actividad logística de nuestra comunidad marítimo portuaria.

Reconozcámosles de una vez por todas su importante papel en el día a día de nuestras respectivas actividades y mucho más ahora que, sin oír sus quejas por los riesgos que indudablemente comporta su actividad, siguen centrados en desarrollar su trabajo que permite garantizar que alimentos y artículos de primera necesidad lleguen a sus respectivos puntos de distribución y con ello transmitir a los ciudadanos del país el sosiego y la tranquilidad de la que estamos todos tan necesitados estos difíciles días que nos está tocando vivir.

Desde mi balcón particular, un sincero aplauso para todos aquellos que hacen de su día a día profesional una demostración de amor y humanidad hacia el prójimo, aún y a riesgo de su propia salud y por descontado un rendido homenaje a mi querido sector del transporte de contenedores.