Menú
Suscripción

Lo que nos hace estúpidos

Nos hemos cansado de repetirnos lo que era importante en la vida, pero nunca terminamos de enterarnos, hasta que la vida ha tenido que venir no sólo a recordárnoslo, sino a imponérnoslo, de una manera tan cruel como efectiva, demostrándonos todo aquello por lo que merece la pena vivir y luchar y todo aquello que sólo emana de la inutilidad y no sirve más que para hacernos más y más estúpidos.

  • Última actualización
    25 marzo 2020 13:13

Ustedes están viviendo en sus carnes, a cada minuto de estos interminables días, infinidad de ejemplos. Yo, si me lo permiten, les invito a abrir los ojos sobre algunas de estas cuestiones, relacionadas con nuestro sector logístico y que demuestran la profunda esterilidad del “galguismo” y del “podenquismo”.

Reflexionemos sobre el hecho, por ejemplo, de que Puertos del Estado se esté encargando de afrontar en las últimas horas una vasta operación económica y logística, con un coste superior a 20 millones de euros, repito, ojo, 20 millones de euros, para traer a España 8 millones de mascarillas que garanticen la cadena de suministro de productos de primera necesidad alimentarios y sanitarios a través de puertos, aeropuertos, terminales ferroviarias, transportistas por carretera y almacenes.

Puertos del Estado va a adelantar esos 20 millones porque es quien puede hacerlo; Puertos del Estado va a poner a disposición del país ese músculo financiero; Puertos del Estado va a contribuir con ese pago para poner a disposición de toda España esos 8 millones de mascarillas, de las cuales el 90% van a ser para otros entes y empresas ajenas directamente al sistema portuario. Aún así, dadas las circunstancias, ¿alguien tiene alguna duda, en este momento, de que si es OPPE quien puede asumir esta operación es OPPE quien debe asumir esta operación? ¿Verdad que todos los tenemos claro? ¿Verdad que no nos ofrece ninguna duda el principio de solidaridad imperante?

Pues bien, no hace falta que les recuerde lo que en otros momentos hemos tenido que escuchar sobre los distintos fondos de solidaridad del sistema portuario para constatar qué ridículas suenan con perspectiva algunas cosas. Ojalá esto nos ayude a recapacitar y a salir de ese absurdo “mi, me, conmigo” que siempre nos nubla los ojos cuando son buenos tiempos.

Como absurdo se antoja estos días la actitud de algunas patronales de transporte por carretera, sumidas en una carrera por informar a sus asociados y a la opinión pública de novedades y problemas, en un papel necesario pero que cuando se ejecuta de forma loca y enfebrecida lo único que pone al descubierto son las costuras de intereses demasiado mundanos, demasiado.

En los momentos críticos y extremos se desatan las actitudes más críticas de la forma más extrema, de tal manera que el que es riguroso peca de rigurosidad, el que es inconcreto peca de inconcreción, el que es serio peca de seriedad y el que es demagogo peca de demagogia, además de que los que son susceptibles, en este caso todos, pecan de susceptibilidad entrando como toretes en guerras cruzadas que no ofrecen la mejor imagen del sector.

No estamos ahora mismo para perder el tiempo con quienes antes que nada buscan ponerse medallas. Es más, si encima se crea confusión y no se aporta claridad, necesaria más que nunca, es mejor estarse callado, antes que correr a anunciar cosas o a publicar desmentidos que sólo dividen y no suman.

Escuchémonos más estos días, por favor. Gracias a ello vamos a aprender mucho y, también en esto, será para bien.