MADRID. El director de CLIA en España, Alfredo Serrano, valora estas cifras de una forma muy positiva: “especialmente la primera parte de 2022, estuvo todavía marcada por la pandemia y las consiguientes restricciones; en la medida que la situación epidemiológica mejoró, la recuperación de la industria se aceleró y consolidó, reflejándose en el impacto económico y en la generación de empleo, que se situaron en niveles muy próximos a los alcanzados en 2019”.
“Una de las características de la industria de cruceros es que”, explica Serrano “promueve la creación de oportunidades y generación de riqueza de una forma muy transversal, beneficiando a sectores económicos de muy diversa índole y todo ello sin perder de vista que la sostenibilidad social, económica y medioambiental forma parte de su ADN; es el pilar inquebrantable en el que se apoya su estrategia”.
Del total del impacto económico, el 45% (2.570 millones de euros) fueron gasto directo, el 34% (1.900 millones) gasto indirecto y el 21% (1.200 millones) gasto inducido. De los 2.570 millones de euros de gasto directo, el 52% (1.360 millones) fueron compras a las compañías de cruceros; el 30% (780 millones) gasto de los turistas, el 15% (380 millones) construcción y reparación naval y el 3% (70 millones) gasto de los tripulantes.
Por lo que respecta al empleo, el 51% fue director, el 29% indirecto y el 20% inducido. La contribución en términos de nóminas y salarios ascendió a 1.470 millones de euros, según ha señalado CLIA.