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Negar la evidencia

El día 8 de mayo, a las 12 horas, finalizará el plazo para que puedan presentarse las ofertas que quieran optar a la adjudicación de la concesión de la nueva terminal de contenedores en la Ampliación Norte del puerto de Valencia. Pocos días después, el 16 de mayo, se abrirá el primer sobre en un acto privado, mientras que el contenido del segundo sobre se dará a conocer el 30 de mayo, en un acto que sí estará abierto.

  • Última actualización
    10 abril 2019 18:10

Este calendario tiene una clara traducción directa y es que como máximo (si antes no se filtra alguna información) en el plazo de un mes y medio conoceremos de qué color se va a pintar parte del futuro del puerto de Valencia.

Creo que a estas alturas a nadie se le escapa la importancia que tiene este asunto, ya no por lo que supone para la proyección de este puerto, que es el primero del Mediterráneo en tráfico de contenedores y que se acerca a un ritmo vertiginoso al de Bremen para arrebatarle la cuarta plaza europea, sino por el juego de fuerzas que formarán el nuevo tablero valenciano.

En la actualidad hay tres operadores de contenedores en el recinto valenciano: APMT, COSCO y MSC. A priori, cualquiera de los tres podría optar a la nueva terminal, siempre y cuando renuncien a su concesión actual y comprometan un tráfico superior al que en la actualidad tienen establecido.

Quizás, y esto es solo una opinión, MSC podría ser un gran aspirante a la ampliación, ya no solo porque su espacio actual es limitado, sino porque es el único de los tres que solo cuenta con una terminal dedicada en España y no tendría que “dar explicaciones” de su apuesta de crecimiento en Valencia.

Tampoco haría falta que COSCO rindiera cuentas de una decisión así porque su otra terminal está en Bilbao, un mercado que no compite directamente con Valencia, aunque la dimensión de su concesión actual y la posibilidad de incrementar su participación en el accionariado son variables que quizás podrían pesar en la decisión.

El caso de APMT, con una importantísima presencia además en Barcelona y Algeciras, parecería a priori el más complicado, aunque no habría que descartar nada de un operador que tiene presencia en cinco de los diez primeros puertos de contenedores de Europa.

Por lo que respecta a operadores que no están operando directamente en nuestro país con terminal propia, serían candidatos muy serios CMA-CGM e incluso PSA.

Dicho todo lo cual, con todas las fichas encima del tablero, lo más probable es que no acierte ni una. Ya saben.

Como explicaba el otro día el presidente de la APV, se habla de dos potenciales interesados. Los demás, o no lo contemplan o no coincide la oportunidad con el momento inversor.

Sea cual sea el resultado, pronto lo sabremos, parece evidente que el puerto de Valencia va a vivir un escenario de cambio. Si entra un operador nuevo, serán cuatro los gallos en la pelea y si se trata de uno que ya está en la casa, se abrirá entonces el baile por la concesión que dejará libre y que también saldrá a concurso.

Todo este cambio de cromos no es más que sacudir con fuerza el árbol para que caigan los frutos ya maduros y para airear las raíces con el fin de hacer que crezcan más fuertes y sanas.

El momento que atraviesa el recinto valenciano y los años que tiene por delante con la Ampliación Norte, la ZAL, Parc Sagunt y el desarrollo en paralelo del puerto de Sagunto, es una oportunidad para seguir contribuyendo a incrementar la competitividad de la economía española. Negar la evidencia o entorpecer este crecimiento queda reservado solo para los necios. Por cierto: Y el Acceso Norte, ¿pa cuándo?