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Una Asamblea para desconectar

José Luis Ábalos llegó el martes arrollador a la Asamblea General de ANAVE. Literal. Se llevó por delante periodistas, libretas, cámaras, grabadoras, micrófonos y todo lo que se le interpuso, incluido a este escurridizo Suricata.

  • Última actualización
    19 junio 2019 16:21

Un diez para su equipo de seguridad. Qué potencia, qué poderío, qué manera de pisotear y de reventar los obstáculos con el único fin de evitar que Ábalos hiciera declaraciones.

Tal fue el tumulto que, cuando el ministro superó el muro, se vio sólo en mitad del salón del Hotel Wellington, mientras con gesto contrariado se ajustaba la corbata y caía en la cuenta de las dificultades de su anfitrión para seguirle el paso, pues el presidente de ANAVE lucía ayer muletas a cuenta de un tobilllo roto.

Y todo porque la prensa estaba canina esperando a portagayola al ministro para preguntarle por... por... ¿Adivinan? No, por logística, no, por favor. Querían preguntarle por los pactos, porque Ábalos es, ante todo, secretario general del PSOE, que es su prioridad y, encima, estos días aún más.

Fíjense hasta que punto es así que, cuando los responsables de ANAVE le agradecieron su presencia en la Asamblea en este contexto de tanta tensión postelectoral, el ministro aseguró que el agradecimiento era mutuo: “Me sirve para desconectar”, sentenció.