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Vicente Boluda y el nuevo rol de los empresarios

Hemos suprimido finalmente el denso currículo de Vicente Boluda en la extensa entrevista que hoy publicamos. Y es que, pese a que es singularmente interesante, no es el pasado lo que define a nuestro entrevistado, sino su innegable capacidad de influencia hoy.

  • Última actualización
    19 noviembre 2020 17:15

Más allá de que, doy fe, Vicente gana en las distancias cortas, su capacidad de conseguir difíciles objetivos pasa por su hiperactividad y por el nivel de sus contactos. Reyes, presidentes de gobiernos, ex presidentes… gustan de compartir su tiempo con Boluda. Esa capacidad de abrir puertas la utiliza, como es lógico, para su vida personal (según nos comentaba, nada le gusta más que compartir tiempo con los amigos), para sus negocios y para los colectivos a los que sirve a través de las asociaciones empresariales en las que está implicado, casi involucrado. Esto último es algo sobre lo que es necesario incidir. En los tiempos del “sálvese quien pueda”, se hace preciso subrayar a quien pone su tiempo al servicio de objetivos globales. Sobre todo, cuando ese tiempo es especialmente valioso.

Su agenda es probablemente una de las más intensas del país, por el nivel de contactos que maneja y por su costumbre de no echarse atrás ante las responsabilidades que le van otorgando, más allá de la compleja dirección de sus empresas. Boluda ha aceptado llevar también el timón de asociaciones como AVE o la centenaria Asociación Naviera Valenciana, entre otras. Hay que tener muy en cuenta todo esto cuando subrayamos su figura como parte de una hornada de empresarios llamados a jugar un papel nuevo en nuestra economía y en nuestra sociedad. Un tipo de empresario que ha dejado atrás, al fin, los tiempos en los que el directivo se mataba por aparecer junto al político, para ver cómo es el político el que quiere aparecer junto a los Juan Roig o los Vicente Boluda (que no es lo mismo llamar que salir a abrir). Empresarios que luchan por una nueva forma de asociacionismo, que surge cuando en las asociaciones empresariales se preocupan de modo totalmente directo, casi desde dentro, de que los proyectos, obras e inversiones públicas, como el Corredor Mediterráneo, salgan adelante en tiempo y forma.

Hemos pasado de oír a las asociaciones quejarse de los retrasos y la anulación de los proyectos, a verlas remangarse y poner tiempo y dinero para forzar al máximo su buen rumbo y minimizar los tan dañinos retrasos

Así, hemos pasado de oír a las asociaciones quejarse de los retrasos y la anulación de los proyectos, a verlas remangarse y poner tiempo y dinero para forzar al máximo su buen rumbo y minimizar los tan dañinos retrasos. Representa, en definitiva, una nueva era de empresario vigilante de sus empresas, por supuesto, pero también, y a veces con tanto o más ahínco, del progreso colectivo. No es esto cosa menor, cuando las instituciones ayer sagradas se han ido desmoronando entre crisis y crisis, a base de no estar a la altura de las circunstancias, porque no han sabido mitigar las crisis o porque directamente, las han acentuado. Ante tanta decadencia y decepción, necesitamos referencias tanto o más de lo que las hemos necesitado siempre. El empresariado bien entendido está llamado a coger el relevo. No les queda otra.

La actividad de directivos como quien hoy nos ocupa, cosechará, a buen seguro, innumerables críticas, que sólo reciben quienes dan un paso al frente. La recompensa a tanto regalar tiempo de su tiempo para luchar, por ejemplo, por el Corredor Mediterráneo, no ha de ser otra que, quizás, un mínimo reconocimiento de unos pocos y el futuro olvido general de su labor. Podemos criticar lo que queramos a quienes se exponen por un objetivo colectivo, pero sin olvidar la especial importancia que, en el futuro de todos, sobre todo en estos tiempos, tiene su paso al frente.