Bárbara Cordero
En este sentido, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) firmó, en 2022, su compromiso de alcanzar las cero emisiones en 2050. Por este motivo, se está impulsando el uso de los combustibles de aviación sostenibles (SAF, por sus siglas en inglés) como tecnologías de transición (se obtienen a partir de la biomasa o del reciclado de aceites usados y residuos) hasta conseguir que los aviones vuelen con motores eléctricos o de hidrógeno.
A pesar de que los SAF son la solución que más se ajusta a los objetivos de descarbonización del sector, porque no emiten nuevo CO2 a la atmósfera y los aviones no requieren de ninguna modificación para emplearlos, la producción de los SAF en la actualidad no es suficiente para cubrir toda la demanda global y, además, supondría un incremento de costes. “De momento son muy pocos cargadores los dispuestos a pagar dinero extra porque su mercancía vuele con SAF, aunque hay que reconocer que es una tendencia al alza”, señala el presidente de Foro MADCargo, Jesús Cuéllar.
En la actualidad, los combustibles de aviación sostenibles sólo son usados en un 0,05%, según detalla el Consejo Europeo. Sin embargo, a pesar de ello, la comunidad aérea se ha fijado el objetivo de un consumo mínimo del 2% de SAF en 2025 y del 63% en 2050.
Además, las compañías aéreas, conscientes de la importancia del reto de la sostenibilidad, están centrando sus esfuerzos e inversiones en encontrar la tecnología idónea que permita obtener un combustible respetuoso con el medio ambiente y, a su vez, a un precio razonable. “Las compañías están invirtiendo en tecnologías más eficientes y sostenibles, pero el principal desafío es lograr una transición hacia un modelo de aviación más sostenible que sea económicamente viable. El principal riesgo es llegar tarde a las demandas de los clientes y no estar a la altura de la evolución que llevan a cabo otros métodos de transporte”, señala el country manager de Gen-Air, Ignacio Ruiz, quien considera que “no es descartable un nuevo cambio en el modelo de distribución de mercancías, en el cual el factor de la sostenibilidad sea el referente a la hora de tomar decisiones”.