MADRID. En virtud del acuerdo, Rhenus ha puesto en circulación dos vehículos pesados propulsados por combustible renovable, suministrado por Repsol, que realizarán un trayecto diario de ida y vuelta entre el hub operativo de Rhenus Irún y la fábrica de Bosch en Aranjuez y el almacén central de Bosch Fabrica Madrid.
Estos combustibles renovables que utilizan ambos camiones son un biocombustible avanzado producido a partir de materiales de desecho como aceites reciclados y residuos forestales, que representa una alternativa eficiente y respetuosa con el medioambiente. Cumple con las certificaciones de sostenibilidad que exige la Directiva de Energía Renovable de la Unión Europea y, según los estudios, podría reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en más de un 80 por ciento frente a los combustibles convencionales y sin necesidad de realizar modificaciones en la flota de vehículos (Euro 5 y 6).
Cecilia Cintado, directora de Logística en la planta de Bosch Aranjuez, explica que esta iniciativa “ejemplifica la apuesta de Bosch por la búsqueda constante de nuevos modelos de eficiencia ambiental en nuestra cadena de suministro”. “Hemos encontrado en el Grupo Rhenus un partner estratégico, comprometido con nuestras necesidades y objetivos. Este acuerdo ejemplifica cómo las empresas líderes de la industria y el transporte podemos unir fuerzas para anticiparnos al mañana y poner en marcha ya el transporte de mercancías que necesitaremos en el futuro”.
Por su parte, Ignacio Eguiguren, director de Operaciones de Rhenus Irún, destaca la importancia de este proyecto: “En Rhenus, creemos en la importancia de liderar el cambio hacia un transporte de mercancías más limpio y sostenible. Estamos impacientes por comprobar los resultados de este proyecto pionero”.
Con esta iniciativa, Bosch está dando un paso más en su compromiso para alcanzar sus objetivos de sostenibilidad y contribuir a la descarbonización del transporte de mercancías por carretera. Tras haber alcanzado la neutralidad en carbono en general en sus más de 400 sedes en todo el mundo, el Grupo Bosch se ha fijado ahora el objetivo de reducir, en 2030, en un 15 por ciento las emisiones de CO2 en toda la cadena de valor, tomando como referencia el año 2018.