La norma supondrá un importante perjuicio económico para las empresas y autónomos que se dedican al transporte de animales vivos puesto que, entre otras cuestiones, se verían obligadas a incrementar su flota actual por la reducción de densidades e implantación de alturas mínimas por especie. Un gasto que no sería recuperable tras su inversión, debido a que gran parte de los vehículos deberán ser desechados por la tendencia de la Comisión Europea a reducir el censo de animales de producción para fomentar el comercio local.
Tras el estudio realizado por CETM Animales Vivos, se puede vaticinar que el parque móvil nacional aumentaría en un 68% pero, además, la implantación de la altura mínima por animal obligaría a la modificación de carrocerías, cuyo sobrecoste podría ascender hasta los 85.000 €.
Otro de los aspectos que perjudica al sector es la imposición de la jornada nocturna por altas/bajas temperaturas, una medida que no solo supondría un importante desembolso económico al incrementarse el precio por hora trabajada sino que, además, podría suponer la fuga de conductores profesionales de esta especialidad, lo que agravaría aún más la situación de muchas empresas de transporte de mercancías por carretera.
La propuesta de la UE no solo afectaría al sector del transporte, ya que al limitar en gran medida la importación de animales al interior de nuestras fronteras, muchos mataderos y granjas se verían abocados al cierre, afectando en mayor medida a la España rural.
Del mismo modo, el sobrecoste que se daría por tonelada transportada afectaría directamente a los consumidores de este producto primario y esencial para el ser humano.