BARCELONA. En esta mesa redonda se han puesto encima de la mesa los objetivos de emisión de gases para 2030 y 2050 y los avances que ya están realizando las compañías del sector para alcanzarlos.
En este sentido, Manuel Arias, de Scania Iberica, ha remarcado el cambio de mentalidad que van a tener que aplicar las empresas para asumir la transición de un único combustible disponible en el mercado, como era hasta ahora con el diésel, o diversidad de productos como el hidrogeno, el biometano o la electricidad. Esto significará que cada compañía deberá estudiar en detalle cuál será el combustible más eficiente.
Patricia Prieto, de Exolum, mencionó el “círculo vicioso” que llegó a existir en torno a la creación de infraestructuras para vehículos que se propulsaran con hidrogeno. “No había demanda en nuevos vehículos de hidrogeno porqué no había infraestructura y las empresas que construimos esta infraestructura no invertíamos porqué no teníamos demanda. Al final decidimos poner infraestructura por delante”, comentó Prieto.
Gonzalo Sanchís, de Daimler Trucks, puso encima de la mesa el problema de los costes, “dos o tres veces más altos que con vehículos diésel”, para demandar colaboración entre todos los agentes implicados para repartirse este aumento de costes, especialmente a corto plazo cuando las tecnologías estén aún desarrollándose.
Josep María Armengol, de TMB, mencionó la flota de 8 autobuses de hidrogeno de la compañía pública barcelonesa y su objetivo de tener el 36% de la flota con emisiones cero para el 2026.