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La eterna búsqueda del equilibrio

  • Última actualización
    06 noviembre 2024 12:14

El sector del transporte de mercancías por carretera está acostumbrado a vivir bajo presión y en permanente crisis por la propia naturaleza de un negocio en el que lograr un correcto equilibrio entre ingresos y costes resulta un objetivo complejo. Más bien, el sector se caracteriza por presentar un equilibrio inestable que a menudo amenaza con romperse, pero que finalmente acaba por mantenerse.

Este sector, especialmente estratégico en un país como España, arrancaba el año 2024 marcado por la ralentización de su crecimiento, el continuo aumento de sus costes y la consolidación de operaciones de fusiones y adquisiciones, en un contexto repleto de retos, cambios e incertidumbres generadas por un panorama macroeconómico difícil (tipos de interés e inflación elevados) y por las tensiones geopolíticas y los conflictos bélicos actuales, donde la adaptabilidad y la gestión eficiente de recursos son claves para navegar en este entorno económico y regulatorio complejo.

Estancamiento

En este contexto, destacan tres tendencias: la ralentización del crecimiento del sector, el alza de sus costes y movimientos corporativos en el campo de las fusiones y adquisiciones con empresas de transporte tanto en el lado comprador como en el lado vendedor.

Estos tiempos convulsos afectan también al transporte por carretera y es complicado realizar previsiones acertadas a corto plazo; “sin embargo, si se cumplen las previsiones macroeconómicas de la UE, que no son demasiado optimistas con vientos de estanflación, la demanda de servicios de transporte de mercancías también se estancará”, explica ASTIC, miembro de la Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU), que añade que “como factores endógenos dentro del propio sector, las previsiones de la IRU apuntan a un agravamiento de la escasez de conductores en Europa con un 11% de vacantes sin cubrir en 2024”.

Esta falta de capacidad continuará limitando la oferta de transporte en Europa, algo que, junto con los elevados incrementos de costes, previsiblemente presionarán al alza los precios de los servicios de transporte.

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Salarios y componentes

Además, en 2024 el sector continúa enfrentándose a costes sociales muy elevados después de que el Gobierno decidiera el pasado año subir las bases máximas de cotización un 8,6% (las empresas españolas de transporte por carretera soportan una carga social anual por cotizaciones 1.000 euros superior a las alemanas por cada conductor).

Conviene recordar que los salarios de los conductores es la principal partida de gasto, junto con el combustible, para una empresa transportista. Asimismo, los camiones y muchos de sus componentes, como los neumáticos, también se han encarecido, así como los seguros, los costes de mantenimiento y el coste financiero para las compañías que han adquirido préstamos o financian su circulante.

Peajes y combustible

Los peajes merecen un capítulo aparte, por cuanto muchos de los nacionales han incrementado su precio y países como Alemania o Austria han encarecido sus tarifas al introducir el criterio de las emisiones de CO2 que emite cada vehículo; una práctica que otros Estados miembros de Europa central y oriental tenían previsto aplicar también durante 2024.

El Gobierno español, sin embargo, parece ratificarse en que, al menos a corto plazo, no se implantarán esos peajes en la red vial española. Todos estos costes disparados continúan erosionando la capacidad de mantener los márgenes de las empresas de transporte españolas.

Por su parte, los combustibles han detenido en la presión inflacionista respecto a los peores momentos de 2022, donde su precio llegó a incrementarse hasta un 40%, pero siguen siendo todavía sustancialmente más caros que en 2021.

Fusiones y adquisiciones

Por otra parte, se están produciendo movimientos corporativos relevantes en el campo de las fusiones y adquisiciones con empresas de transporte tanto en el lado comprador como en el lado vendedor. Para muchos fondos de inversión se trata de un sector atractivo por el crecimiento sostenido que ha mantenido durante la última década, por su enorme importancia (más del 70% de las mercancías que se mueven en Europa viaja en camión y el 75 % de las exportaciones españolas a la UE también se mueven por carretera), por su atomización (en 2021 operaban en España 105.902 empresas de transporte de mercancías, según CESCE) y por el auge del comercio electrónico.

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Variables económicas

Tras vivir unos años en los que la inflación se ha disparado, impactando directamente en el gasto de los consumidores, no sólo en España sino también en el resto de países, en 2024 se volverá a tasas de inflación del 3% en las economías desarrolladas, cada vez más cerca del objetivo del 2%, según los analistas económicos, que también confiaban en que el Banco Central Europeo, que parece haber pisado el freno deteniendo la escalada de tipos de interés que inició en verano de 2022, inicie una bajada gradual de los mismos. Respecto a la economía española, las más recientes previsiones del Ejecutivo, que tienen también en cuenta la revisión de los datos de Contabilidad Nacional publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), apuntan a que en 2024 crecerá un 2,7%.

Por su parte, el transporte pesado de larga distancia prevé un crecimiento en 2024 muy ligeramente superior respecto a 2023, en torno al 1,6%. Respecto al largo plazo, el último informe publicado el pasado mes de junio por Transport Intelligence apunta a una media de crecimiento anual para el transporte de mercancías europeo de un 2,1 % en el periodo que llega hasta 2027.