La Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) fue la primera en mostrar su oposición “rotunda” al Plan de Impulso que más que un plan de ayudas, parece un plan de subvenciones.El Plan pretende incrementar la cuota modal del ferrocarril y para ello el Ministerio subvencionará a aquellos operadores ferroviarios, cargadores y operadores logísticos que utilicen el transporte ferroviario de mercancías con 2,25 euros por cada 1.000 toneladas por kilómetro transportadas. La medida tendrá un coste anual de 25 millones de euros, sumando un total de 125 millones de euros durante los próximos cinco años.La subvención no solo llegará a los tráficos “nuevos”, sino que se aplicará también a los tráficos viejos, es decir, a cada 1.000 toneladas por kilómetro de tráficos que se hayan trasvasado con anterioridad.La medida, vista desde las organizaciones del sector del transporte por carretera, atenta directamente contra la libre competencia entre modos de transporte, beneficiando al modo menos eficiente frente al más eficiente, creando una “redistribución artificial”, como explica CETM.“Lo que proponen es que (el Gobierno) pague por coger uno de los dos modelos de transporte de mercancías. No puedes premiar a uno de los modos de transporte”, añadió CETM.Según datos ofrecidos por Fenadismer, el transporte por carretera es elegido por los cargadores en el 85% de los casos para transportar sus mercancías. Una cifra que ha aumentado un 60% desde los años 50.En el caso del ferrocarril, estos mismos datos demuestran que el transporte ferroviarias de mercancías se ha reducido exponencialmente desde los años 50, cuando entonces representaba el 36% de cuota. Actualmente esta cifra no llega al 3%.“El ferrocarril no es competitivo”, asegura Fenadismer. Aun así, el transporte intermodal funciona en España y desde la asociación están “en contra de alterar la competencia en el transporte intermodal”, explicó José Luis Gil, secretario general de Fenadismer. Estas medidas “rompen el equilibrio para que todos los modos de transporte operen en igualdad de condiciones”, añadió Gil.ASTIC, La Asociación del Transporte Internacional por Carretera, ha mostrado también su preocupación por la aplicación de estas medidas. “Es un defecto en el que suelen caer las Administraciones públicas”, explicó Ramón Valdivia, director general de ASTIC. Valdivia ha señalado que las ayudas intentan forzar un transporte intermodal que no conseguirán. La solución, explicó Valdivia, pasa por “dar esas ayudas al cliente final y no al operador ferroviario”.De este modo, crecería el transporte ferroviario e intermodal de mercancías, sin afectar al transporte por carretera, añadió.