La escasez de conductores es un problema global que se viene denunciando desde hace años. Pero ¿cómo afecta realmente esta problemática al normal funcionamiento de las cadenas logísticas?
MADRID. La Organización Internacional del Transporte (IRU) en su informe “Driver shortage 2023” calcula que entre el 55% y el 75% de las empresas a nivel mundial afrontan serias dificultades para encontrar conductores. En total, en todo el mundo, hay tres millones de puestos de trabajo como conductor de camión sin cubrir, según el estudio de la IRU, que analiza la situación de 36 países en América, Asia y Europa, que suman el 72% del PIB mundial.
A nivel europeo, seis de cada diez empresas del sector tienen problemas graves o muy graves para fichar profesionales del volante y en todo el continente se necesitan unos 235.000 transportistas, tal y como detalla el vicepresidente ejecutivo de la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC), Ramón Valdivia. En España, según la IRU, a principios de 2023 se necesitaban 20.000 conductores de camión.
ASTIC estima que entre el 3% y el 5% de las rutas internacionales sufren cancelaciones o se posponen por falta de conductores
Entre las principales causas de esta problemática destaca la alta edad media de los conductores, que supera los 55 años, y la baja presencia de jóvenes, lo que deriva en un serio problema de relevo generacional.
En concreto, el estudio de la IRU refleja que la cuota de jóvenes menores de 25 años está por debajo del 12% a nivel global, mientras que en Europa está por debajo del 5%. Por otro lado, existe el problema de la baja cuota de mujeres en esta profesión, que solo es de un 6% según el estudio de la IRU.
Además, existen importantes barreras de acceso como el establecimiento de la edad mínima para obtener los permisos correspondientes en los 21 años en gran parte de los países; el elevado coste de las licencias; las condiciones de trabajo, que en muchas ocasiones requieren que el conductor pase largos periodos de tiempo fuera de casa, y la falta de seguridad en las áreas de descanso.
Si esta situación no se revierte, la IRU estima que para 2028 la escasez de conductores superará los siete millones en todo el mundo, con 4,9 millones en China, 745.000 en Europa y 200.000 en Turquía.
Distorsiones
Estas cifras tienen un trasfondo preocupante, y es que “la escasez de conductores tiene importantes consecuencias para la industria logística y la economía”, refleja el estudio de la IRU, que también explica que esta escasez contribuirá al encarecimiento de los fletes; generará disrupciones en la cadena de suministro y retrasos en las entregas; se desacelerará el crecimiento del PIB; y se perderá competitividad en el transporte y, por ende, en otras industrias.
Este problema ya ha dejado ver sus primeras consecuencias, como la paralización de flotas o la alta rotación de personal. “Muchas empresas tienen camiones parados por la falta de conductores y eso hace que no sea fácil atender puntualmente a la demanda de servicios de los clientes. Además, se ha incrementado la rotación de personal porque los conductores más experimentados se marchan a otras empresas si encuentran mejores condiciones salariales o laborales”, apunta el secretario general de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), José María Quijano.
Si no se toman medidas, la IRU estima que para 2028 la escasez de conductores superará los siete millones en todo el mundo
En este sentido, el director de operaciones de Primafrio, Andrés Valverde, explica que “el principal síntoma es la dificultad para encontrar profesionales con experiencia en el sector del transporte y la logística, una experiencia que es parte fundamental para asegurar el desarrollo del trabajo con las suficientes garantías”. Por su parte, desde ASTIC se estima que, de media, entre el 3% y el 5% de las rutas internacionales del transporte por carretera sufren cancelaciones de viajes de forma esporádica o se posponen por falta de conductores profesionales. “En una misma ruta se pierden viajes por falta de transportistas, aunque otros viajes, dentro de esa misma ruta, se siguen realizando. También depende mucho de los sectores: algunos con una estacionalidad muy marcada, como las campañas hortofrutícolas, sufren más, pero también algunos sectores industriales que por motivos internos intercalan semanalmente días de alta demanda con días sin demanda”, explica Valdivia. “La falta de conductores de camión no sólo afecta a las empresas de transporte; nos afecta a todos. Nuestros conductores son una pieza clave en la cadena de suministro de cualquier economía. El 96% de las mercancías se transportan en camión en nuestro país y el 75% de lo que exportamos a la UE también se mueve de esta manera”, añade.
Además, la IRU señala que “muchos de los operadores de transporte no pueden hacer crecer sus negocios, en más del 50% en muchos países, y están perdiendo clientes y ganancias por la escasez de conductores”. En esta misma línea, Valdivia apunta que “nuestros asociados nos trasladan su preocupación, cada vez más creciente, por este asunto. Nuestros afiliados son grandes e históricas empresas españolas de transporte que, de media, disponen de flotas de 120 vehículos pesados por compañía. El hecho de que muchas de ellas no dispongan de los profesionales que necesitan para realizar los servicios de transporte que sus clientes les demandan está afectando a las operaciones de muchas de ellas lo que, a su vez, se refleja, lógicamente, en su cuenta de resultados y en pérdida de competitividad”.
Tregua
Aunque este es un problema estructural, en la actualidad, en Estados Unidos y en Europa no está afectando en grandes magnitudes por el descenso del consumo, causado principalmente por la inflación.
“En la situación económica actual no nos está afectando la falta de conductores porque hay una baja demanda de consumo y no se cubre la capacidad de transporte que hay en el mercado”, explica la secretaria general de la Asociación de Cargadores de España (ACE), Nuria Lacaci.
En este sentido, según recoge el estudio de la IRU, en Europa el PIB crecerá hasta un 0,6% en 2023 frente al 3,6% de 2022. “Los altos precios y los salarios limitados han reducido el poder adquisitivo de los consumidores, lo que ha provocado la bajada de la demanda de mercancías para transportar”, apunta la IRU. Así, las dificultades para cubrir las vacantes en Europa se han aliviado temporalmente. De hecho, tal y como detalla el vicepresidente ejecutivo de ASTIC, en España hacen falta actualmente entre 10.000 y 15.000 conductores de camión, unos 5.000 menos que a principios de año. Aunque esta problemática se encuentre “en fase REM”, la preocupación del sector no cesa y alerta de las “graves consecuencias” que habrá cuando el consumo se reactive. “El problema, que además va a ser muy grave, lo tendremos cuando la demanda de consumo vuelva a los niveles normales, pongamos, por ejemplo, dentro de un año, porque según nuestras previsiones el 2024 tampoco va a ser un buen año. En ese momento no habrá vehículos suficientes porque no tendremos conductores”, alerta Lacaci.
Las empresas asumen un papel proactivo en la búsqueda de soluciones
Algunas empresas de transporte están haciendo esfuerzos económicos para financiar parte de la formación de los futuros transportistas para que luego se incorporen a sus plantillas, tal y como explica el vicepresidente ejecutivo de la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC), Ramón Valdivia, quien recuerda que la obtención de todos los permisos ronda entre los 4.000 y los 6.000 euros. “Desde ASTIC llevamos años demandando que se vincule el proceso de obtención del carné de conducir al sistema educativo reglado. También pedimos que se financie parcial o totalmente esta formación ya que supone una enorme barrera para quien quiere ser conductor profesional”.
“Hace falta que la obtención de los permisos sea más accesible, puesto que es un trámite muy costoso, y que la Formación Profesional de Grado Medio como conductor de vehículos de transporte por carretera se instaure en los centros educativos para que los alumnos puedan salir de esos estudios con los carnés y cursos necesarios para ejercer la profesión”, apunta el secretario general de la CETM, José María Quijano.
El Grupo Primafrio, por ejemplo, cuenta con programas propios y específicos de formación continua dirigidos a los conductores, “lo que nos ha permitido contar con nuestra propia cantera”, señala el director de Operaciones de la compañía, Andrés Valverde. Las áreas de descanso también son, a día de hoy, una problemática importante para atraer nuevos profesionales al sector, ya que carecen de seguridad y comodidades muchas de ellas. En este sentido, hay muchas compañías que invierten en áreas de descanso totalmente equipadas para sus conductores o fórmulas para reducir el tiempo fuera de su domicilio,
Asimismo, tal y como detalla Quijano, algunas empresas de transporte, en aquellos servicios en que la apuesta es factible, ya están subiendo los camiones y las plataformas al tren y al barco, buscando la colaboración entre modos, en torno a la figura de la intermodalidad y el uso del transporte combinado.
Conductores extranjeros
Una de las soluciones más factibles para mitigar las consecuencias de la escasez de conductores es la contratación de profesionales extranjeros, una decisión cada vez más popular entre las empresas de transporte de mercancías por carretera. Ante esta cuestión, la Administración ha firmado un acuerdo interministerial de colaboración, entre el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, el antiguo Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, y el Ministerio del Interior, para facilitar la contratación de conductores extranjeros, con nacionalidad fuera de la Unión Europea. Así, las empresas que quieran contratar extranjeros deben cumplir con los requisitos comunes a la contratación de trabajadores extranjeros y con el requisito de obtener las titulaciones que son obligatorias en España para conducir un camión, como es el Certificado de Aptitud Profesional (CAP). Además, las personas extranjeras que deseen trabajar como conductores en España deberán contar con el permiso de conducción tipo C o D y contar con la autorización que los habilite para trabajar, además de otras cuestiones como el pasaporte en vigor o título de viaje reconocido como válido en España, disponer de un contrato con una empresa del sector supeditado a la obtención del CAP y cuya vigencia estará condicionada a que el trabajador obtenga el correspondiente permiso de residencia y trabajo o tener medios económicos para sufragar los gastos de la obtención del CAP y canje de permiso.
Además, el Ministerio de Transportes está trabajando en el Plan Reconduce que contemplaba, entre otras medidas, inversiones para mejorar las áreas de descanso en polígonos industriales y puertos, donde se concentran los transportistas; o la ampliación de la oferta en la Formación Profesional para incorporar profesionales preparados.
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José María Quijano
Secretario General de CETM
“La escasez de profesionales es preocupante y todavía tenemos por delante un largo camino para resolver esta problemática. Las empresas y el sector tienen el reto ante sí de saber adaptar sus formas de trabajar a una realidad cambiante del mercado de trabajo y profesionalizar el mundo del transporte buscando las eficiencias necesarias para poder compaginar la actual escasez de conductores con la posibilidad de dar servicio a la demanda de transporte”
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Nuria Lacaci
Secretaria general de ACE
“En la situación económica actual no nos está afectando la falta de conductores porque hay una baja demanda de consumo y no se cubre la capacidad de transporte que hay en el mercado. El problema, que además va a ser muy grave, lo tendremos cuando la demanda de consumo vuelva a los niveles normales. En ese momento no habrá vehículos suficientes porque no tendremos conductores”
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Ramón Valdivia
Vicepresidente ejecutivo de ASTIC
“Esta ‘tregua’ temporal no debe enmascarar un problema estructural de nuestro sector desde hace muchos años: más del 70 % de los transportistas en activo superan los 50 años y no hay relevo generacional. En cinco años se retirarán uno de cada tres conductores de camión y los jóvenes españoles no quieren trabajar subidos a un camión. La situación, por tanto, es muy grave ya que pone en peligro el funcionamiento de las cadenas de suministro”
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Andrés Valverde
Director de Operaciones de Primafrio
“El principal síntoma es la dificultad para encontrar profesionales con experiencia en el sector del transporte y la logística, una experiencia que es parte fundamental para asegurar el desarrollo del trabajo con las suficientes garantías. Junto a esto, también existe otro escollo que comienza a ser cada vez más frecuente. Me refiero a la edad, ya que la renovación generacional para este perfil profesional resulta cada vez más compleja”