MADRID. Conscientes de esta situación, la Comisión Europea ha remitido una carta a los Estados miembros, a cuyo contenido ha tenido acceso Fenadismer, en la que transmite su preocupación e instando a los transportistas a anticipar estas obligaciones y aprovechar las inspecciones periódicas programadas en los tacógrafos
El organsimo europeo señala que el tacógrafo “debe someterse a una inspección periódica al menos cada dos años. Si se utilizara dicha inspección para reemplazar el tacógrafo existente por un tacógrafo inteligente versión 2, casi el 80% de los vehículos no necesitarían programar una visita adicional a un taller con el único fin de reemplazar su tacógrafo”.
Por este motivo, la Comisión Europea insta a los Estados miembros a concienciar a los instaladores y talleres de los próximos plazos y a los transportistas para que la sustitución del tacógrafo en los vehículos afectados se realice en la misma inspección.
En todo caso, Fenadismer recomienda a todos los transportistas a comenzar a planificar la sustitución del tacógrafo de forma inmediata y no exclusivamente hacia finales de año, con el fin de evitar posibles retrasos por falta de componentes o sobrecarga de trabajo de los talleres especializados, y de este modo evitar la paralización de su flota a partir de enero de 2025 por la imposibilidad de poder continuar realizar sus rutas en transporte internacional so pena de ser inmovilizados y sancionados en carretera.
Todos los vehículos que lleven instalado un tacógrafo analógico o digital no inteligente, esto es, todos los anteriores a junio de 2019, tendrán la obligatoriedad de instalar un tacógrafo inteligente de segunda generación antes de que finalice diciembre de 2024, ampliándose dicho plazo 8 meses más para los vehículos que lleven instalado un tacógrafo inteligente de primera generación.