Las retenciones también afectaron a la carretera N-121 en el entorno del centro de transportes Zaisa de Irún por la presencia de camiones que no podían continuar su recorrido hacia Francia. La situación no se normalizó hasta entrada la jornada de ayer.
Ante esta situación, la Diputación Foral de Gipuzkoa lamentó hoy que el Gobierno francés no haga “nada” para agilizar el tráfico en la frontera cuando hay problemas por razones de seguridad o por protestas en su país, lo que hace que los guipuzcoanos sean siempre “los paganos” de esas situaciones. El portavoz foral, Imanol Lasa, se refirió a este “grave problema” con motivo de las colas kilométricas de camiones que se registraron en Irún, ya que el paso de estos vehículos solo se permitía de forma intermitente a causa de las movilizaciones en Francia contra la subida del precio de los carburantes.
Lasa señaló que la Diputación “poco puede hacer”, salvo mantener abiertas todas las cabinas del peaje, algo que no ocurrió en el lado francés.
Derechos laborales
Por su parte, el sindicato de transportistas autónomos de Euskal Herria, Hiru, denunció que el cierre de la frontera “borra los derechos laborales” del colectivo. En un comunicado, Hiru denunció que centenares de camiones tuvieron que esperar “horas y horas” en la cola de la frontera con Francia, “cerrada sin previo aviso”. Además, censuró que mientras los transportistas no podían trabajar, los turismos cruzaron el paso fronterizo “sin ningún problema”. “Para que no molestemos han cerrado, incluso, un carril de la N-I”, añadió Hiru.
A juicio del sindicato, pretenden “invisibilizar” a los transportistas que no pueden trabajar si no les dejan circular. Hiru señaló que “la Policía francesa utiliza la frontera para regular el tráfico en su territorio”. “Una vez más nos envían a la cola en las carreteras. Una vez más, borran nuestros derechos laborales”, criticó el sindicato.