Estas dos certificaciones, extendidas por la auditora NSF International, ratifican el servicio de calidad que ofrece el Grupo Mazo y su compromiso con la excelencia en este campo, “y son un reconocimiento al esfuerzo, trabajo y constancia con la que la transportista opera en su día a día”.
La IFS Logistics fue creada en 2003 para auditar actividades logísticas en alimentación, trasporte, distribución, almacenamiento etc., y aplicable a todo tipo de las actividades. La certificación es una herramienta eficaz para asegurar el cumplimiento de las especificaciones de los proveedores, entre ellos garantizar que el transporte de alimentos se lleva cabo bajo los más estrictos controles de higiene y temperatura.
Mazo ha obtenido en esta certificación 97.71 puntos sobre 100 posibles, quedando patente la excelencia de su servicio.
Por otro lado, la norma BRC de almacenamiento global y distribución fue desarrollada por minoristas británicos para garantizar las mejores prácticas de seguridad alimentaria y gestión operacional en la cadena de suministro de aquellas organizaciones que se ocupan del almacenamiento y distribución de productos alimentarios y no alimentarios. En esta certificación el Grupo Mazo ha obtenido la calificación AA (High Level).
Implicación de la plantilla
“Estas buenas calificaciones no hubieran sido posibles sin la implicación de todo el equipo humano del Grupo Mazo para adaptar sus instalaciones y procesos internos a las especificaciones de ambas certificaciones”, subraya la empresa.
El Departamento de Calidad lideró todo el trabajo y propuso los cambios y mejoras necesarios para encajar con la filosofía empresarial de mejora continua que siempre ha diferenciado a Transportes Mazo Hermanos.
Mazo cuenta con una flota propia de 1.000 vehículos, entre semirremolques y tractoras. En 2018 su facturación alcanzó los 103 millones de euros.