Estos efectos negativos sobre la rentabilidad de los viajes realizados aún se hacen notar debido, fundamentalmente, al desequilibrio de los retornos en vacío, la subida de los carburantes y las medidas de control fronterizo.
No obstante, el sector empieza a mostrar signos de recuperación desde el cierre del primer trimestre, una vez superado el impacto del Brexit, aunque para este año no se prevé alcanzar la facturación de 2019, cuando todavía no había aparecido el coronavirus y el transporte de mercancías en nuestro país registró unos ingresos de 41.500 millones de euros, un 1,5% más (600 millones de euros) de lo que se prevé facturar en el conjunto de 2021.
Impacto del COVID-19
El impacto de la pandemia del COVID-19 fue muy evidente en 2020, sobre todo en el segundo trimestre del año, coincidiendo con los meses más duros de la cuarentena. En 2020 el transporte de carga por carretera facturó en España cerca de 35.000 millones de euros, un 16% menos (6.600 millones de euros) que en 2019, cifra que para las rutas internacionales osciló entre el -8% y el -12%, en función de la especialidad de mercancías transportadas.
Tras experimentar seis años consecutivos de crecimiento en el transporte de mercancías en España, con subidas del 4% anuales en el periodo 2017-2019, 2020 ha supuesto una ruptura de esta tendencia al alza, siendo el primer año en el que las empresas transportistas de nuestro país han registrado caídas en sus ingresos.
"En un panorama de pérdidas de actividad y de rentabilidad como este, nuestro sector necesita planes de ayuda concisos, como ya están haciendo muchos países de nuestro entorno, que están ajustando la normativa y promoviendo paquetes de recuperación para ayudar a las empresas transportistas, y no zancadillas como peajes en nuestras autovías", destaca Ramón Valdivia, director general de ASTIC.
Por su parte, Umberto de Pretto, secretario general de la IRU, explica que a nivel mundial, "el transporte por carretera, tanto de mercancías como de pasajeros, registró en 2020 una caída en su facturación de cerca de un billón de euros (un trillón de dólares americanos)". Además, "los rebrotes, las restricciones al transporte y la crisis económica fruto del confinamiento han sido las principales razones de esta abrupta caída de ingresos".
Certificado digital de vacunación La IRU ha hecho un llamamiento a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a los diferentes gobiernos nacionales para que den prioridad a los profesionales del transporte en su estrategia de vacunación e introduzcan un certificado de vacunación digital.
"Ya hemos solicitado formalmente y con carácter urgente a la OMS establecer un marco global para poner en marcha un certificado digital de vacunación, mundialmente reconocido, para los conductores de camiones y autocares comerciales con el fin de que este documento agilice el transporte", subraya De Pretto.
En esta línea, ASTIC viene solicitando desde marzo, cuando registró oficialmente su solicitud en el Registro General del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, que los conductores profesionales sean incluidos con urgencia entre los colectivos preferentes de vacunación de España.
"Llevamos meses en espera de una respuesta del ministerio, que todavía no se ha pronunciado al respecto, para que los conductores profesionales sean declarados trabajadores esenciales al igual que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y los profesionales sanitarios, ya que, como se ha podido constatar durante los meses más duros de la pandemia, realizan una labor esencial para la ciudadanía y el tejido económico del país", afirma el directivo de la patronal del transporte internacional.