Las empresas de transporte de mercancías por carretera de la Comunitat Valenciana “tienen enormes dificultades para acometer la renovación de flotas necesarias para cumplir con los requisitos ambientales que nos marca Europa”.
VALENCIA. Uno de los grandes retos a los que se enfrentan las empresas de transporte valencianas es poder cumplir con los objetivos que ha establecido la Unión Europea en materia de descarbonización.
Según la encuesta realizada por la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y la Logística (FVET), “la práctica totalidad de los empresarios encuestados admiten que no están preparados para cumplir con los objetivos impuestos por la Unión Europea”, tal y como reconoce Carlos Prades, presidente de la FVET.
Las exigencias europeas “son muy próximas en el tiempo, y los ciclos de renovación de nuestra flota son largos”. Por ello, para el presidente de la FVET, “es imprescindible” el impulso de líneas de ayuda para poder acometer esta transformación. En la actualidad, el precio de un camión eléctrico triplica al de uno a combustión. Por ello, y según el estudio realizado por la patronal, el 71% de los transportistas señalan que “deben establecerse precios más competitivos para poder rentabilizar las operativas y que esta transformación pueda hacerse con éxito”.
Según datos de ANFAC recogidos por la FVET, en la Comunitat Valenciana únicamente hay 78 puntos de carga con potencia suficiente para vehículos pesados
A pesar de los esfuerzos que realiza el sector en materia de descarbonización, “los escasos márgenes que obtenemos de nuestra actividad nos impide acelerar estos procesos”. A pesar de que un 47% de los transportistas encuestados afirma que ha mantenido sus ingresos en lo que llevamos de año e incluso un 8% ha conseguido incrementarlos, 4 de cada 5 encuestados aseguran que han reducido sus beneficios manteniendo los mismos ingresos.
“Nos encontramos en un contexto inflacionista, con un importante incremento del precio materias primas y de los combustibles, y un aumento del coste que supone la adquisición de nuevos vehículos”, ha lamentado Prades, que además ha puesto encima de la mesa el hecho de que “se mantiene la presión a la baja de nuestros servicios de transporte”, lo que “nos lleva a una ecuación de difícil resolución”. Es en este contexto en el que la rentabilidad de las operaciones de las empresas de transporte “difícilmente puede mejorar”.
Otra de las razones que dificultan esa renovación, además del precio de las nuevas unidades y la baja rentabilidad, es el “número insuficiente de puntos de recarga. Según datos de ANFAC recogidos por la FVET, en la Comunitat Valenciana únicamente hay 78 puntos de carga con potencia suficiente para vehículos pesados, “un número totalmente insuficiente”, tal y como ha denunciado Prades, que además solicita “articular ayudas para hacer crecer esa red”, algo “imprescindible para el sector”, sobre todo teniendo en cuenta que hay actividades dentro del sector que pueden realizar hasta 120.000 kilómetros anuales.
Para la FVET, por tanto, la descarbonización ha de ser “realista y viable”. “Llegar a un transporte climáticamente neutro plantea retos y es necesario la voluntad de todas las partes para poderlos hacer frente”, ha explicado Carlos Prades.
Problemas estructurales
Tal y como ha explicado el vicepresidente de la FVET, Juan Ortega, a este escenario se suma otros problemas como la falta de conductores (51,8%), que aumenta cuatro puntos respecto al año anterior, y la competencia desleal (31,3%), que se reduce 20 puntos respecto al año anterior. También la morosidad sigue estando presente entre las dificultades del transporte de mercancías por carretera, aunque en menor proporción como consecuencia de la aplicación de la normativa en este ámbito.
Por último, se añaden la falta de infraestructura, el absentismo de los empleados y la presión normativa en materia laboral y de descarbonización. “Además, los empresarios del transporte han calificado con un insuficiente los servicios de ITV y las áreas de descanso y estacionamiento seguro”, ha advertido Ortega, que no obstante ha valorado de forma positiva el plan de choque establecido por la Generalitat Valenciana, consistente en que los camiones no están obligados a pedir cita previa para realizar las inspecciones.
“Son problemas estructurales que nos impiden desarrollar nuestra actividad con plenas garantías y que es necesario que desde la Administración se vayan ofreciendo respuestas”, ha añadido el vicepresidente.
Un 45% de los transportistas reduce su actividad
Según se desprende de la encuesta realizada por la FVET entre sus asociados, un 45% reconoce que ha reducido su actividad en lo que llevamos de año. De estos, un 63% asegura que esta reducción representa menos del 25% y uno de cada tres, entre un 25% y un 50%. Por el contrario, más del 47% de los transportistas señala que ha mantenido sus ingresos en este primer semestre del año e incluso un 8% afirma que ha incrementado sus operativas más de 25%.
Independientemente del incremento o reducción de la actividad, los transportistas valencianos admiten que han bajado los beneficios: tres de cada cinco aseguran que han reducido sus beneficios manteniendo los mismos ingresos e incluso un 23% ha manifestado que han descendido sus beneficios pese haber aumentado sus ingresos.
En el segundo semestre de este año, confían en las previsiones económicas que auguran una reactivación de la demanda y, con ella, de las operativas. “El último trimestre de 2023 y el inicio del 2024 ha sido complicado, con las movilizaciones agrícolas y la crisis del Mar Rojo. Somos optimistas de cara al cierre de año porque confiamos en que se produzca una recuperación plena de la economía y que la tendencia inflacionista remita”, ha comentado Carlos García, secretario general de la Federación.
La Comunitat Valenciana es la segunda comunidad autónoma, por detrás de Cataluña, que más mercancías moviliza por carretera: 274 millones de toneladas al año según el Ministerio de Transportes. Por detrás de Madrid y Barcelona, Valencia es la que más camiones tiene según la Dirección General de Tráfico, sumando 125.801 camiones. “Sabemos que el futuro es la intermodalidad, pero nunca un tren podrá llegar a la puerta de los hogares, bares y farmacias. El transporte es y será imprescindible”, ha concluido Carlos Prades.