Así, con el reto de la conducción autónoma en ebullición y ante las perspectivas de una futura sustitución de la gestión manual de los vehículos por una gestión totalmente automatizada, que la profesión de conductor vaya languideciendo por sí misma debería aportar cierta tranquilidad al sector.
No obstante, según Juan Antonio Esteban, miembro de la Comisión de Asuntos Sociales y de la Task Force de la IRU, “la conducción autónoma no es a corto ni a medio plazo la solución para la escasez de conductores”.
A lo largo de los próximos años, los camiones van a ir incorporando diversos niveles de autonomía, cada vez más crecientes, si bien siempre con el conductor en cabina. Sólo se contempla la ausencia del conductor en el nivel máximo de automatización y ese, según Esteban, aún tiene un plazo muy largo de implantación pues tiene que ir acompañado, además, de la digitalización de todos los elementos de infraestructuras y viarios que intervienen en la circulación, de la mano entre otros factores de la tecnología IoT.
Por eso, según el responsable de la IRU, “no hay solución a corto plazo para la escasez de conductores en la tecnología”.