Las movilizaciones convocadas por Sintraport para los próximos días, que tienen como fin “llamar la atención sobre la pasividad y el desinterés demostrado por las diferentes administraciones en la solución de los problemas que arrastra el sector y que hace peligrar la continuidad de una actividad vital para el desarrollo del Puerto de Barcelona.”, van a complicar, sin ninguna dura, la operativa en el recinto portuario.
Como ya avanzó este Diario la semana pasada, mañana está prevista una marcha lenta con cabezas tractoras que partirá desde el puerto de Barcelona hacia el centro de la ciudad. A esta movilización se sumará una marcha a pie protagonizada por los socios de Sintraport el viernes 1 de febrero. Para la próxima semana, los días de movilización serán lunes, miércoles y viernes, cuando los autónomos del transporte terrestre de contenedores tienen previsto celebrar movilizaciones con las cabezas tractoras por el interior del recinto portuario.
La asociación ha esperado a hacer públicas las fechas de las movilizaciones hasta contar con la autorización de la conselleria de Interior de la Generalitat de Catalunya para llevarlas a cabo.
Desde Sintraport explicaban ayer que estas movilizaciones surgen después de diversas reuniones en las que la asociación “ha podido comprobar el escaso interés mostrado por solucionar los problemas generados en las terminales y depósitos del Puerto de Barcelona, problemas que suponen que los profesionales del transporte deban esperar durante horas, con el camión parado, para ejercer su actividad”.
La asociación subraya que “estos paros suponen importantes pérdidas para profesionales que ven reducidos sus ingresos de manera considerable por la falta de coordinación y la escasa voluntad de aportar soluciones”.
A esta demanda, desde Sintraport añaden que con estas movilizaciones la asociación quiere dar visibilidad a “la situación de precariedad que lleva a los transportistas a mantener niveles de facturación similares, año tras año, mientras ven cómo el resto de la cadena logística actúa en consecuencia a las normas lógicas del mercado, aplicando subidas en sus precios que no llegan jamás a repercutirse sobre el transportista portuario”.