MADRID. Así los vehículos que lleven instalado un tacógrafo analógico o digital no inteligente, esto es, todos los anteriores a junio de 2019, tendrán la obligatoriedad de instalar un tacógrafo inteligente de segunda generación antes de que finalice Diciembre de 2024. Y los vehículos que lleven actualmente instalado un tacógrafo inteligente de primera generación deberán sustituirlo por el de segunda generación antes de Agosto de 2025.
Además de la obligación de instalarse en todos los vehículos de transporte nuevos que se adquieran desde el pasado 21 de agosto (con las salvedades establecidas por el régimen excepcional aprobado a finales del pasado mes para solventar la falta de stock de los nuevos aparatos), la reglamentación europea establece un plazo transitorio para la sustitución (retrofit) de los actuales vehículos que vayan equipados con tacógrafos de anterior generación.
Según los datos oficiales a los que ha tenido acceso FENADISMER, en la actualidad en España la flota total de transporte público por carretera tanto de mercancías como de viajeros que realizan transporte internacional, y en consecuencia afectados por esta nueva regulación, supera los 140.000 vehículos, de los cuales 131.000 son camiones o cabezas tractoras y 11.000 autobuses, los cuales deberán sustituir sus tacógrafos en las fechas señaladas anteriormente, salvo que sean renovados por vehículos nuevos.
A nivel europeo la estimación es que sean entre 800.000 y 1.000.000 los vehículos de transporte que tengan que realizar el “retrofit” de sus actuales tacógrafos, para lo que los fabricantes de los nuevos tacógrafos inteligentes de segunda generación deberán incrementar su producción e forma extraordinaria en los próximos meses, como es el caso de Continental que en la actualidad trabaja a triple turno con una producción semanal superior a los 18.000 nuevos aparatos de control.