BARCELONA. El secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores, ha acompañado a la ministra en la presentación del plan, hoy en Barcelona, y ha explicado el detalle de las obras previstas. El programa incluye hasta 42 actuaciones de mejora en ambas infraestructuras y en otras carreteras del entorno, de las que ya están programas 35 intervenciones con un presupuesto de casi 1.050 millones de euros.
“El fin de los peajes en las vías estatales ha supuesto un cambio de modelo radical en Cataluña por ser la comunidad con más kilómetros de pago. Preveíamos un trasvase de vehículos de carreteras convencionales como la N-240 o la N-340 hacia las autopistas. Contábamos con ello y buscábamos ese objetivo”, ha asegurado la ministra durante su intervención, en la que ha destacado que la medida también ha ayudado a incrementar la seguridad en el corredor.
“Al evitar la circulación de vehículos pesados por las carreteras convencionales estamos mejorando las condiciones de seguridad y de servicio, reduciendo la contaminación y salvando vidas, como se demostró en los últimos años con las bonificaciones al tráfico pesado en la AP-2 y la AP-7”, ha sentenciado Raquel Sánchez, que ha destacado que en “pocos meses” se desmantelaron las barreras y las marquesinas borrando “50 años de peajes estatales en Cataluña”.
Aumento del tráfico
Y es que la eliminación de los peajes al finalizar el contrato de concesión con ACESA, tras más de 50 años de explotación, ha producido una redistribución de la circulación a lo largo de los itinerarios, produciéndose incrementos significativos de tráfico en determinados tramos de las autopistas, que son esenciales para la vertebración de Cataluña y tienen un papel muy relevante en el transporte internacional.
En concreto, desde que se levantaron las barreras, el tráfico total de la AP-2 se ha multiplicado por dos, destacando el incremento del tránsito de vehículos pesados, que se ha triplicado. Asimismo, ha aumentado un 40% de media el tráfico total de vehículos de la AP-7, registrándose un incremento del 80% en la circulación de los vehículos pesados.
“Con los estudios de impacto de tráfico tras varios meses desde el fin de los peajes, pusimos en marcha la maquinaria administrativa y política para definir el futuro de la AP-7 y la AP-2. Con esos datos ya podemos planificar con rigor las actuaciones necesarias. De hecho, ya se están licitando y en redacción los estudios y proyectos necesarios”, ha afirmado la ministra.
No en vano, de los 223,8 kilómetros (km) que se prevén construir para mejorar la funcionalidad y la capacidad del corredor (terceros y cuartos carriles), ya está programada la mejora en 160 km con una inversión de 920,7 millones de euros. Asimismo, se ha programado actuar sobre 12 enlaces en la AP-7 y la AP-2 y se prevé construir 14 enlaces nuevos, de los que 10 ya están programados y cuatro en estudio.
También se construirán nuevos aparcamientos seguros para camiones, previéndose tres nuevos en el ámbito de la AP-2, de la AP-7 sur y de la AP-7 norte, estando su emplazamiento y dimensión en análisis.
“La intención detrás de las actuaciones no es incentivar el uso de las autopistas. El objetivo es adaptar las infraestructuras a la realidad actual y las necesidades del futuro. Sin peajes han cambiado los flujos y, especialmente la AP-7, soporta un tráfico muy intenso. No hacer nada no es una opción. Generaría congestiones, contaminación, más accidentes”, ha explicado la ministra.
Así, estas actuaciones supondrán un ahorro socioeconómico de unos 170,2 millones de euros al año fruto de la reducción de los tiempos de desplazamiento, la minoración de los costes por accidentalidad al mejorar la seguridad vial y las menores emisiones contaminantes. En concreto, se calcula un ahorro de 6,3 millones de horas al año y un descenso del 15% de las víctimas mortales por accidentes de tráfico. Asimismo, la mejora y construcción de nuevos enlaces beneficiará cada día a más de 747.000 usuarios de las autopistas.