MADRID. El informe dedica una visión completa sobre los incrementos en los precios del combustible, otro de los ingredientes del menú lleno de incertidumbres que se presenta para 2024, y temas que se anticipan como imprescindibles para el transporte como son la electrificación, la presión para la descarbonización de las flotas, el auge del “nearshoring”, los cambios a nivel legislativo (incluidos los relativos a las aduanas) y la imperativa necesidad de digitalización.
Entre las conclusiones más relevantes figuran la notable disminución de los precios en el mercado spot y el auge de las rutas fijas, el aumento de las tarifas de transporte como consecuencia de las subidas en los peajes y del combustible o las consecuencias que ya están teniendo los planes de descarbonización y electrificación de flotas propuestas por la Unión Europea, entre otras.
En el estudio se recoge asimismo un capítulo exclusivo sobre España, elaborado con la aportación y previsiones de expertos de la industria, donde las empresas de transporte han comenzado a buscar soluciones para reducir costes mediante la tecnología y la optimización de rutas, además de detenerse en el análisis de la entrada en vigor del Plan Nacional de Transporte, que buscará poner solución a problemas como la morosidad y la falta de reemplazo de conductores profesionales.
Verónica Rodríguez, Southern Europe Marketing Manager del Grupo Trans.eu, subraya que “a los viejos desafíos a los que se enfrenta el sector; se han unido otros más recientes como la escasez de conductores, la presión por la descarbonización y el contexto macroeconómico, muy sensible a la geopolítica actual. Un contexto que nos deja un escenario donde es difícil prever la evolución de los precios de transporte y para el que no nos queda otra que mirar hacia la digitalización”.