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Contundencia

Si se confirman las previsiones, José Luis Ábalos repetirá como ministro de Fomento en una versión 4.0 de la cartera ministerial que pasará a denominarse Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Creemos.

  • Última actualización
    08 enero 2020 17:03

Ya de entrada parece una buena noticia para el sector que la palabreja transporte presida una denominación ministerial. Los puristas alegarán que ministerio de Logística sería más integrador y profesional. Los muy puristas dirán que lo de ministerio de Fomento aporta un matiz adicional e integrador... Y yo, ni en un lado ni en el otro, no digo otra cosa que lo va delante, pues va delante.

El hecho de que se apueste por destacar  el transporte me parece relevante. Tiempo tendremos para observar los matices y los cambios de dirección en el ministerio, si es que se producen. Hasta entonces, hay que dejar un margen, el justo, para que comiencen a trabajar. Encontraremos una buena piedra de toque en la negociación y presentación  de los Presupuestos Generales del Estado, que serán toda una declaración de intenciones. Veremos.

También se ha pasado por alto que ante la posible renovación de José Luis Ábalos se hace más que lógica la continuidad de Salvador de la Encina al frente del Organismo Público Puertos del Estado. Pudiera parecer una obviedad, pero es que a esta alturas nadie puede asegurar prácticamente nada... Ni siquiera que Ábalos vaya a repetir o que el nombre del ministerio sea el que les acabo de mencionar.

En todo caso, si hacemos caso a la lógica y De la Encina sigue adelante en OPPE, debemos reconocer que también será una buena noticia por la estabilidad que genera la continuidad de un proyecto, más allá de sus virtudes y defectos, y la posibilidad de poder cerrar el círculo de los objetivos iniciados y los que esperan para convertirse en realidad.

Y ya que estamos en época de deseos, si sólo pudiera pedir una cosa al “nuevo” ministerio sería contundencia; la suficiente como para alejar la tibieza de los argumentos, la necesaria como para empatizar con el sector y asumir sus problemas como propios y la justa para defender los intereses de los diferentes colectivos implicados, más allá de regionalismos, intereses particulares o los derivados del pacto para la formación de Gobierno.

¿Difícil? Sin duda. Al final serán las urnas las que decidan si, agotada la legislatura, se han cumplido las expectativas o no. Nosotros tenemos la obligación de contar lo que sucede y la sociedad en su conjunto, por lo menos desde el plano moral, debería tener la obligación de informarse. Así, con todos los datos, es como se deben afrontar posteriormente los comicios. Esa es la única herramienta que es realmente efectiva.

Lo demás (la rabia, la pataleta, el insulto, el lamento...) son los argumentos de quienes no quieren argumentar.

Como siempre digo, nuestro sector va a seguir moviéndose al margen de lo que se suceda en los pasillos de los ministerios, asociaciones e instituciones. Aspiramos a que el camino sea lo más sencillo posible y que los obstáculos no nos quiten más tiempo del estrictamente necesario. Si se nos exige toneladas de eficiencia y de productividad, necesitamos otras tantas dosis de condiciones óptimas para poder hacer nuestro trabajo en condiciones.