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Cruceros en tierra

El pasado fin de semana el BOE publicó una decisión de la Dirección General de la Marina Mercante, organismo dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, que dejó a la industria del crucero en un ay ya que confirmaba, de nuevo, la restricción de la actividad de los buques de crucero en los puertos españoles.

  • Última actualización
    03 julio 2020 13:21

Argumentando que se hace para afrontar la crisis sanitaria provocada por la Covid-19, se ha decidido prohibir la entrada en puertos españoles “de los buques de pasaje de tipo crucero que realicen viajes internacionales y naveguen por aguas del mar territorial con objeto de entrar en los puertos españoles abiertos a la navegación internacional”. Eso sí, la norma deja abierta la posibilidad de levantar la prohibición, a petición de Puertos del Estado, “para entradas de buques concretas o para un conjunto de ellas como parte de un itinerario por uno o varios puertos”. 

Mientras tanto, la industria del crucero a la deriva, sin saber cómo comercializar sus servicios, procesando la incertidumbre que no cesa con el paso de los días

Pero ¿eso exactamente qué significa? ¿De esta forma las navieras que quieran reiniciar su actividad podrán hacerlo presentando, por ejemplo, un plan sanitario (por cierto, qué debe incluir ese plan lo dejamos para otro día)? ¿La norma está pensando en que los cruceros puedan obtener autorizaciones para varios barcos y escalas? En definitiva, ¿qué les decimos a las navieras que han confiado en los destinos españoles? 

Por otro lado, que no cunda el pánico que esta resolución “tendrá vigencia hasta la finalización de la situación de crisis sanitaria o hasta que existan circunstancias que justifiquen una nueva resolución que modifique o derogue la publicada hoy”. Estupendillo, como tenemos súper claro cuándo vamos a controlar o acabar con la Covid es sencillo hablar con las navieras y fijar las próximas escalas. Todo es cuestión de cuadrar agendas, ¿a que sí? Que nos estamos agobiando por nada. #ironíamodoON

Mientras tanto, la industria del crucero a la deriva, sin saber cómo comercializar sus servicios, procesando la incertidumbre que no cesa con el paso de los días; atendiendo las reclamaciones de los pasajeros y creando bonos para cruceros futuros; intentando planificar el futuro, su particular desescalada, sin un manual de uso, sin un plan específico que garantice, por ejemplo, la protección de las 2.000 nóminas por barco que ahora, sin navegación, se quedan en ¿5? (¿cuántas personas necesitas cuando tienes un buque amarrado a tierra sine die?). Y no sólo hablamos de las tripulaciones, sino también del personal de a bordo, del de tierra (que atiende a los turistas en cada escala), etc. 

Pullmantur ha presentado concurso de acreedores en España y seguro que alguna más caerá. Las compañías propietarias de su flota lo tendrán más fácil para resistir (podrán suprimir el gasto en personal y amarrar los buques), pero las que tengan que hacer frente a deudas de financiación, compromisos adquiridos, etc. Buff, esas, estarán más cerca de ir a la quiebra.

Celestyal Cruises confirmó la pasada semana que amplía la suspensión de sus operaciones hasta marzo de 2021 y las que anunciaron que volverían al mar en agosto no creo que puedan hacerlo. Hasta Seatrade Cruise ha tenido que decir adiós al 2020: los eventos presenciales se dan por cancelados. Nuestra última esperanza, además jugábamos en casa, el Seatrade Cruise Med en Málaga, se celebrará en septiembre de 2022. Eso sí -y cómo no- se ha propuesto un evento virtual, que tendrá lugar del 5 al 8 de octubre de 2020 para que la gente del sector se encuentre en el mundo digital.

Por cierto, sé que no lo hacen adrede, que son sectores diferentes, pero qué mala suerte que los eventos coincidan en fechas. Un septiembre y un noviembre despejados y la misma semana de octubre estrenamos dos eventos que prometen: BNEW y Seatrade Cruise Virtual. Oh, destino cruel, nos tocará ir de cabeza. Otra vez.