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La responsabilidad de la nueva CEV

No me gusta la ligereza con la que se usa la palabra "histórico", por eso diré que ayer fue un día "significativo". Representantes de los empresarios de todas o casi todas las zonas limítrofes, además del presidente de la Generalitat Valenciana y del presidente de la CEOE, se dieron cita en el pistoletazo de salida de una nueva etapa para la CEV.

  • Última actualización
    04 mayo 2018 00:00

El nombramiento de Salvador Navarro como presidente de los empresarios de la Comunidad Valenciana cierra un círculo de profunda reorganización en el asociacionismo empresarial de la zona. Un proceso complejo y no poco traumático, que ha concluido con el mejor resultado: la reducción del número de asociaciones. La atomización del asociacionismo no es el camino más acertado para conseguir el músculo que se necesita para lo altos objetivos pendientes. Y en eso está la nueva CEV, ahora Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana. Se ha limpiado bastante el solar que quedó tras el fracaso de sostenibilidad de las asociaciones de empresarios de Alicante, Castellón y de Valencia, dando paso a un nuevo horizonte. Una nueva oportunidad surgida de las viejas cenizas, de los antiguos escombros. El rol de los empresarios ha de ser siempre de especial importancia en la lucha por la mejora colectiva, máxime con el creciente relieve que está adquiriendo la Responsabilidad Social Empresarial. Concienciados ya de que las empresas son o han de ser un punto de apoyo vital para mejorar su entorno, su papel toma especial importancia ante la caída de otros muchos referentes, a los que la crisis ha dejado con todas sus vergüenzas al aire, empezando por la clase política. Con estas premisas, la responsabilidad de Salvador Navarro, confirmado ayer como primer presidente de la nueva CEV, puede ser tan relevante como su mucha capacidad ética y profesional le dicte. El techo está muy alto. Para alcanzarlo cuenta con su innegable pasión por esa responsabilidad que viene ejerciendo en la CEV provincial y que ayer fue reforzada y subrayada en la CEV autonómica. Su pasión por el trabajo, su ímpetu y su motivación contagiosa son ingredientes valiosísimos, puros. Las piedras en ese camino que sabemos que tiene personal e íntimamente marcado, son la política y la prensa. Unos y otros intentarán confundirle con cantos de sirena que le tratarán de guiar hacia el servilismo los primeros y hacia la autocomplacencia o el desaliento los segundos. Mantenerse puro en la defensa de los intereses empresariales como camino directo hacia la defensa de los intereses de todos, le otorgará posibilidades de conseguir los muchos y muy ambiciosos objetivos que nos consta que se ha marcado este empresario logístico que hoy capitanea el barco de los empresarios de la Comunidad Valenciana. En estos años al frente de la CEV, ha conseguido minimizar gastos y reducir dependencia del dinero público. Conseguir la total independencia de acción que otorga la total independencia económica debería ser otro de sus objetivos. No puede olvidar que no está mal levantar la frente ante los palmeros de turno, siempre que se tenga cuidado con no quemarse la nariz con las bombillas, y sobre todo, siempre que no separe los pies de la tierra de todos. De momento, conociendo a Salvador, los empresarios vivieron el día de ayer como un nuevo e ilusionante impulso al papel de máxima responsabilidad que tienen en la construcción de una sociedad mejor y más justa. Que así sea, Salvador.