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En paz

Cuando estaba el país en crisis publiqué en varias ocasiones la "suerte" que tenía este sector porque no sufría con tanta intensidad como otros la miseria reinante. Sé, siempre lo digo, que la palabra "sector" es demasiado genérica como para que no acarree cierta injusticia.

  • Última actualización
    24 noviembre 2017 00:00

Gremios hay, en el amplio sector logístico, más boyantes, como los hay más castigados. Pero, vuelvo a decir, la logística es un sector con salud y músculo. Lo era entonces, con la crisis y lo es ahora más, cuando la economía va mejor. Tendríamos que estar cada día celebrando eso de trabajar en un sector condenado a crecer. Tener cada año más mercancías que transportar que el anterior y menos que el siguiente es un privilegio. Si hay más faena... hay, innegablemente, más posibilidades. A partir de ahí, cada cual ha de ver la forma de pescar más o menos cantidad, con más o menos rentabilidad, pero peces hay. Les aseguro que no pasa en todos los sectores igual. Con esto, resulta realmente chocante que no consigamos disfrutar todos un poco más de este sector logístico de nuestros amores. Entre la liberalización de la estiba, las infraestructuras que no llegan, los accesos que se retrasan y el ente cojonero ese de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, no hay día que no andemos ciertamente cabreados. Una pena. Llegará un día en el que algunos de los que ahora se dedican a dar guerra a base de problemas inventados, tengan realmente de qué preocuparse. Entonces, quizás, se valore de verdad lo que tenemos: Un sector en constante progreso y con una capacidad de crecimiento altísima. Quizás, puede ser, la razón de tanto incordiar sea la envidia por la buena salud de un sector que tan sólo necesita que lo dejen en paz para desarrollarse y crecer cada año. Es necesario, por supuesto, controlar la competencia desleal, los desenfoques legales, la salvaguarda de la ecología y el crecimiento sostenible. Pero hay que hacerlo mejorando lo existente, no a toda costa. Sabemos que no es fácil, pero es la labor que tienen encomendadas los políticos y carguetes derivados. No es fácil, como tampoco lo es eso de sacar adelante una empresa teniendo que mantener al gobierno y al banco. Si la solución para afrontar la sangría de impuestos que se nos impone fuera el dejar de pagar, también valdría lo de afrontar las mejoras a las bravas, por el viejo sistema de "muerto el perro se acabó la rabia". En esta época se juntan dos cosas que nos llevan a reforzar la oportunidad de esta reflexión. Por un lado está eso de las celebraciones varias que nos inundan el calendario, por otro lado, lo de que estemos viviendo el final del año, la época más propicia para lanzar deseos al aire o a quien corresponda. Con todos esos ingredientes, con la grandeza del sector recordada en cada reunión mientras leemos las noticias de los palitos que nos ponen en las ruedas, volvemos a repetir: o se acercan al sector con cuidado, para mejorarlo, o déjennos en paz. Lo primero sería para nota. El mínimo que marca la segunda petición ha de ser cada día más una exigencia que un ruego. Políticos incompetentes, legisladores ociosos, comisarios de la pureza... déjennos en paz. El sector sólo quiere seguir progresando, crear puestos de trabajo y pagar impuestos como si fuéramos futbolistas de élite, mientras nos parece que se nos observa como si fuéramos casi delincuentes. Quizás la explicación está en la moda creciente de buscar igualarnos a todos... en la miseria.