Una persona de mar es capaz, con una simple mirada, de saber si en un puerto todo está funcionando correctamente o si algo va mal. Sabe, a la primera, si la maniobra de una embarcación es habitual o excepcional, si determinado barco está bajo control o tiene dificultades, si el buque está dominando al mar o el mar está dominando al buque, cuál es el riesgo inminente, cuál es el peligro que se avecina, en definitiva, su conocimiento, experiencia e intuición le permiten saber con un simple golpe de vista cuándo y qué va a pasar.
Por eso, una persona de mar no suele grabar un accidente porque le pille con el móvil encendido enfocando a una gaviota. Tampoco es alguien con tal habilidad manual que desenfunda el móvil cual cowboy y es capaz de encender, enfocar y disparar sin apenas respirar.
Una persona de mar sabe al instante lo que va a pasar y sabe que en las aguas sí, todo es lento, pero inexorable. Por eso, enseguida intuye el accidente, por eso tiene tiempo de prepararse, sacar el teléfono y buscar el mejor encuadre, por eso la toma se antoja inmejorable e incluso es capaz de despertar la inocente sospecha de que todo puede estar “preparado” pues, si no, “a santo de qué habría justo ahí un tío grabando”.
Ese tío fue, el pasado miércoles en el puerto de Barcelona, el marino búlgaro Petar Petrov. Tal y como ha podido confirmar este Suricata, a las 8:00 se encontraba a bordo del buque “Doris Schepers”, 140 metros de eslora y 803 TEUs de capacidad, propiedad de la naviera HS Schiffahrt, atracado en APM Terminals. Él vio deambular al “Excellent” de la GNV y no tuvo ninguna duda de lo que se avecinaba. Y, eso sí, la misma intuición para grabar el accidente la tuvo a continuación para, ipso facto, mandar el vídeo al portal búlgaro de información marítima Maritime.bg, desde donde se hizo viral. Por cierto, no duden de que el vídeo va a ser una excelente prueba pericial.
