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Europa-China, la conexión necesaria

El mega proyecto de la Nueva Ruta de la Seda impulsado por China ha impactado en el mundo logístico con un volumen de inversión de aproximadamente un billón de euros. Aunque aún existen dudas sobre cómo las empresas europeas podrán contribuir y beneficiarse de la también llamada iniciativa “One Belt, One Road” (OBOR), existen oportunidades para participar en su desarrollo si se cuenta con la estrategia adecuada. La última edición de Transport Logistic China, celebrada el pasado año en Shanghai y organizada también por München Messe, mostró claramente la vocación de la Nueva Ruta de la Seda por convertirse en una potente estrategia comercial y logística al servicio de China. Con un total de 63 expositores en esta edición de Transport Logistic 2019 en Múnich, la potencia asiática confirma esta apuesta.

  • Última actualización
    03 junio 2019 12:37

China aspira a revivir la antigua Ruta de la Seda con el mega proyecto “One Belt, One Road”. El objetivo de la iniciativa es facilitar el transporte de mercancías por carretera, ferrocarril y barco entre Asia, África y Europa, promoviendo así la cooperación económica entre los países euroasiáticos y mejorando el comercio intercontinental y las redes de infraestructura. Además, China planea establecer acuerdos de libre comercio, zonas económicas especiales e implementar procesos simplificados de despacho de aduana. La industria europea de la logística y el transporte puede beneficiarse particularmente de una forma significativa de estas políticas.

El operador ferroviario alemán Deutsche Bahn, por ejemplo, espera aumentar significativamente su volumen de transporte de mercancías. La compañía estimó que había aproximadamente 90.000 movimientos de contenedores distribuidos en más de 3.600 trenes entre China y Europa en 2018. DB estima que este número será de 100.000 contenedores en 2020.

Por su parte, el operador logístico Rhenus, que proporciona servicios de transporte puerta a puerta tanto en Asia como en Europa a través de su red internacional dice haber respondido a la creciente demanda de rutas alternativas con proyectos para el transporte por carretera y por ferrocarril con la ayuda de sus propias ubicaciones. “La experiencia local es esencial para ofrecer un transporte de las mercancías seguro, rápido y eficiente”, señala Tobias Bartz, director ejecutivo de Rhenus.

Nadie duda de que la Nueva Ruta de la Seda aumentará significativamente el volumen de mercancías transportadas entre China y Europa. Aunque como explica Gerhard Gerritzen, miembro de la Junta Ejecutiva de Messe München, al mismo tiempo “sitúa a las empresas europeas ante grandes desafíos, debido especialmente a factores geográficos, culturales y a las diferencias económicas, para lo que Transport Logistic proporciona una plataforma única de red e intercambio internacional”.

Donde hay oportunidades, también hay riesgos. El Gobierno chino destaca que su iniciativa se asienta en valores como la paz, la integración y la seguridad, si bien al mismo tiempo no oculta su propósito de fortalecer su influencia política y abrir nuevos mercados comerciales. Todo ello hace que, en la práctica, sea difícil para las empresas extranjeras competir contra la competencia china o conocer los tenders a tiempo. De hecho, la mayoría de los proyectos se adjudican a empresas chinas.

La conexión ferroviaria entre China y Europa a través de la Nueva Ruta de la Seda ofrece una conexión alternativa. Fuente Deutsche Bahn. Así, según una encuesta realizada por la Cámara de Comercio de Alemania en 2017, dos tercios de todas las compañías alemanas encuestadas en China dudan de si sus inversiones en la Nueva Ruta de la Seda tendrán algún un impacto positivo en su negocio. Sin embargo, aproximadamente el 30% de las empresas alemanas que operan en China están involucradas en el proyecto OBOR o al menos están considerando participar en el mismo. Se trata, en definitiva, de una oportunidad para establecer los adecuados contactos comerciales adecuados en China y en terceros mercados.

El caso de Paquistán es un ejemplo de los efectos positivos que puede llegar a generar la Nueva Ruta de la Seda. Andreas Breinbauer, vicerrector de la Universidad de Ciencias Aplicadas del Instituto de Promoción BFI Viena y director del Departamento de Logística y Gestión del Transporte, así lo muestra. Según Breinbauer, hasta ahora se han invertido unos 60.000 millones de dólares en dicho país y la mayoría de los proyectos se han completado. Como resultado, el crecimiento del PIB de Pakistán aumentó del 3,5% al 6% entre 2013 y 2017, según datos del Gobierno chino.

En todo caso, no hay que descuidar el hecho de que China también está persiguiendo intereses geopolíticos en la región y en particular con respecto a India. Asimismo, como destaca Breinbauer, el 70% de los países por los que atraviesa la Ruta de la Seda tienen un PIB per cápita por debajo de la media mundial.

Infraestructura

Existe una gran demanda de inversión en infraestructura entre Europa y China, que no se puede satisfacer sin China. Una infraestructura funcional es a su vez la base para la industrialización y una mayor recuperación económica. “En consecuencia, los dirigentes chinos ven oportunidades en esta región para construir cadenas de valor regionales que beneficien a todos los países participantes”, explica Breinbauer, quien sostiene que las inversiones chinas en países en crisis también pueden ayudar a estabilizar la región y a “generar una especie de retorno de la paz”. “Las inversiones multilaterales y, sobre todo, las inversiones de China en infraestructura y logística también deberían beneficiar a las empresas europeas”, concluye Andreas Breinbauer.

Se estima que el movimiento de contenedores en las diferentes líneas ferroviarias que conectan China con Europa alcanzó 1 millón de TEUs en 2018.