Actualmente, Madrid-Abroñigal es explotada por una UTE integrada por Renfe Mercancías y Transervi, en un contrato que finaliza el 28 de octubre de 2024 y que no va a ser prorrogado.
Es más, tal y como han declarado a Diario del Puerto fuentes de Adif, se están ultimando los trabajos para sacar de nuevo a concurso la explotación de Madrid-Abroñigal y publicar la licitación en el último trimestre de 2023.
Según Adif, “está previsto licitar el arrendamiento de espacios e instalaciones de Abroñigal en el último trimestre de este año para que, por un lado, se pueda acompasar la finalización del contrato de manipulación de UTIs en la terminal de Abroñigal con el inicio de la actividad en la nueva terminal intermodal de Madrid-Vicálvaro; y, por otro lado, para que quien resulte adjudicatario pueda ejecutar las inversiones que le correspondan por contrato, de forma coordinada con Adif, para poder desarrollar la explotación de los servicios”.
Por tanto, el plan previsto para Abroñigal es extinguir en plazo el contrato con la UTE que ahora mismo la explota y adjudicar antes de dicha fecha el contrato a un nuevo explotador que lo será de Abroñigal y posteriormente de la futura Vicálvaro, con el objetivo de que el nuevo explotador asuma en su momento todo el traslado de la actividad desde Abroñigal a Vicálvaro, operando en Abroñigal desde el 28 de octubre de 2024 y, a la vez, asumiendo y ejecutando las inversiones que al explotador le corresponderán en la futura terminal de Vicálvaro para garantizar su entrada en servicio en 2025. Adif condiciona así el contrato de explotación de Vicálvaro al contrato para el traslado y cierre de Madrid-Abroñigal.