La estación intermodal se ubicará en el trazado del nuevo acceso ferroviario sur al puerto de Castellón y ocupará una superficie de 300.000 metros cuadrados, lo que permitirá un haz de vías de recepción/expedición y de carga/descarga de mercancías para trenes de 750 metros. Todas las vías contarán con ancho mixto. Además, la estación estará electrificada y dispondrá de una zona de transferencia camión-ferrocarril y una superficie de almacenamiento para una óptima operativa.
La intermodal se diseña para un escenario medio de tráficos de 40 trenes a la semana y un total de 90.000 TEUs al año, 60.000 UTIs anuales y alrededor de 1,7 millones de toneladas movidas en el horizonte del 2044. No obstante, la infraestructura se desarrollará en varias fases para optimizar su explotación y prevé futuras ampliaciones para dar respuesta a las necesidades reales de demanda en los próximos años.
Esta infraestructura estará al servicio de los sectores productivos de la provincia, dado que el 97% de la industria cerámica estará a menos de 40 kilómetros de la estación, al tiempo que abrirá nuevas oportunidades para el sector químico y energético que se localiza junto al puerto.
Hay que recordar que se redactó un estudio sobre demanda intermodal terrestre generada por la producción industrial de la provincia de Castellón y la demanda marítima vinculada a los tráficos del puerto de Castellón. El estudio concluía que el 39% de la carga de la estación intermodal será aportada por el puerto de Castellón y el restante 61% será tráfico terrestre. También constataba que una buena parte de los 3,7 millones de toneladas de mercancías anuales que se aportan desde Castellón al resto de la Unión Europea, y que ahora se distribuyen por carretera, podrá ferrolocalizarse abaratando costes logísticos a las empresas castellonenses. Esos 3,7 millones de toneladas son principalmente del sector cerámico y agroalimentario.