Ana García Sánchez, maquinista de AVE y Larga Distancia de Renfe, está convencida: “Ser maquinista es un trabajo en el que se da el equilibrio perfecto entre compromiso profesional y calidad de vida”.
Valencia. Rompiendo con los planes que tenía previstos, Ana García Sánchez dejó atrás el grado de Economía que estudiaba para subirse al tren.
¿Siempre le había interesado el transporte ferroviario?
No, en mi pueblo siempre ha pasado el tren y de pequeña lo he cogido bastantes veces, me gustaba mucho viajar en él pero nunca me había preguntado mucho sobre el sector.
EN DETALLE
Nombre: Ana García Sánchez.
Formación académica: bachillerato y curso de licencia y diploma de Maquinista en ETPCO de Renfe.
Cargo actual: maquinista de AVE y Larga Distancia de Valencia de Renfe.
Lema: Un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
Entonces, ¿cómo y por qué llegó al sector del Transporte?
Cuando tenía 19 años y estaba cursando 2º del grado de Economía, me sentía un poco desencantada ya que no me veía con ilusión por ninguna de las salidas que la carrera tenía. Ese año, un buen amigo mío empezaba a trabajar de maquinista, ver su ilusión por su nuevo trabajo y escuchar las historias de su padre y su hermano, también maquinistas, despertó en mí gran interés por este mundo.
Así decidí que prefería la emoción de trabajar sobre raíles a estar tras un escritorio o una oficina y es una elección de la que, a día de hoy, me siento muy orgullosa.
¿Y cómo fue el proceso?
Realicé el curso de maquinista en 2018 en la escuela de Renfe de Valencia. Cuando entré a Renfe me destinaron a la residencia de mercancías de Portbou (Girona), en la que estuve durante tres años y aprendí muchísimo sobre el oficio.
Y ahora, dentro de pocos meses, va a hacer dos años desde que empecé en la residencia de Alta Velocidad y Larga Distancia de Valencia.
Desde 2018, cuando comenzó su aventura en el ferroviario, ¿ha notado cambios en el sector en cuanto a la presencia femenina?
Quizá sí, pero no lo suficiente. Aunque el cambio generacional se va notando y hay mucho más personal que ya normaliza la presencia de mujeres maquinistas, aún hay personas, tanto dentro del sector como fuera, que se extrañan y dudan cuando ven a chicas entrando en una cabina de tren. Pero sí es cierto que con la gran mayoría de compañeros siempre me he sentido muy cómoda y tranquila.
“Aunque el cambio generacional se va notando, aún hay personas, tanto dentro del sector como fuera, que se extrañan y dudan cuando ven a chicas entrando en una cabina de tren”
Sobre la extrañeza que menciona, ¿podría darnos algún ejemplo?
Claro. Cuando empecé de prácticas en Valencia con el maquinista que me asignaron, varios viajeros al verme entrar con él en la cabina nos preguntaron que si yo era su hija e iba a ver cómo mi padre trabajaba.
En otra ocasión, entrando en un tren de viajeros, me dirigí hacia la cabina y dos chicos de seguridad, que no se percataron de que llevaba el colgante identificativo, me pararon para decirme que dónde iba, que ahí se acababa el tren.
De todos modos, en la mayoría de casos como este, la gente cuando se lo explicas se sorprende para bien y te dan la enhorabuena por tu trabajo.
¿Y ha vivido alguna situación complicada?
Como situación compleja, sin duda, sería cuando en una madrugada de tormenta en la que conducía un tren de mercancías, debido a un problema con la locomotora que llevaba, me quedé parada en una parte de la línea en la que no había cobertura. Aseguré el freno, bajé de la locomotora y fui recorriendo a pie el largo del tren hasta conseguir conexión, cuando la conseguí me metí debajo de uno de los contenedores para no mojarme más y desde ahí llamé al puesto de circulación para poder pedir socorro.
¿Qué referentes la inspiraron para iniciarse en esta profesión?
Mi amigo Fran, su padre y su hermano, que son las personas por las que conocí este mundo, que son grandes maquinistas y son como familia para mí.
Una vez iniciado el curso, los dos primeros maquinistas con los que fui de prácticas, Román y Juanma, a los que les guardo un cariño especial por su profesionalidad y su motivación.
Y por último, pero no menos importante, me inspira cada compañero y compañera que hace en el día a día más ameno nuestro trabajo: aquellos que te dan un buen relevo, a los que llamas si tienes un problema y les faltan manos para ayudarte, y, en general, todos los que hacen del compañerismo un rasgo clave en nuestra profesión.
Entonces, viendo la oportunidad que ofrece el sector y el compañerismo, ¿qué se podría hacer para que más mujeres trabajaran en él?
Promover el sector, haciendo especial hincapié en que la profesión no está asociada a ningún género y que las mujeres somos tan capaces como los hombres para el desempeño de las funciones de maquinista. Poniendo como ejemplo y haciendo visibles a las muchas compañeras que llevan años haciendo con profesionalidad, entrega y compromiso nuestro trabajo. Y recalcarles a aquellas chicas que se lo piensan que no le tengan miedo, que es un trabajo del que verdaderamente pueden llegar a disfrutar, que se pueden encontrar con una profesión que realmente merece la pena.
¿Cómo les presentaría su profesión a las jóvenes?
Lo presentaría como un trabajo dinámico e interesante, donde la edad y el género no importan pero la responsabilidad y el compromiso sí. Un trabajo donde cada día se nos pueden presentar situaciones nuevas, por lo que no dejamos de estar en un aprendizaje continuo. Un trabajo con una ventaja muy importante: al finalizar la jornada laboral, dejamos el trabajo en la vía y podemos disfrutar de nuestro tiempo libre para recargar pilas para el día siguiente. En definitiva, un trabajo en el que se da el equilibrio perfecto entre compromiso profesional y calidad de vida.
La presencia femenina en Grupo Renfe alcanza el 21,2%
El número de mujeres trabajadoras en el Grupo Renfe se ha incrementado en un 65% en los últimos cinco años, pasando de 1.965 mujeres en 2018 a 3.366 en 2023. “De esta manera, la presencia femenina en la plantilla de la compañía alcanza ya el 21,2%, cerca de 8 puntos más que en 2018”, confirma la compañía a este Diario. Los datos avalan la evolución hacia una plantilla cada vez más feminizada en el contexto de la empresa que, tradicionalmente, había contado con una presencia mayoritaria de hombres integrados en los colectivos denominados operativos, como son los de conducción, comercial y talleres.
Renfe mantiene un firme compromiso con la igualdad de género, como recoge su Plan Estratégico 2019-2028, y anima, a través de distintas iniciativas, a que cada vez más mujeres se interesen y se planteen la posibilidad de trabajar en la compañía, dando a conocer las diferentes profesiones que pueden desarrollarse dentro de la empresa. Además, el II Plan de Igualdad de Renfe, suscrito con las organizaciones sindicales, “constituye un instrumento efectivo para avanzar en la igualdad real”.