De un tiempo a esta parte, estos grupos de jóvenes albaneses utilizan material rodante (vagones ferroviarios y vehículos preparados para su embarque), así como contenedores, como lugar donde pernoctar la noche anterior a la salida de los ferries de Brittany Ferries a Inglaterra, causando desperfectos y sustracciones, y ocasionando costes derivados de su reparación, limpieza y desinfección, así como de vigilancia suplementaria.
A pesar de los esfuerzos de la Policía Portuaria y de la Guardia Civil, de los controles de acceso al recinto portuario y del muro que la Autoridad Portuaria de Bilbao construyó en torno a la terminal de Brittany Ferries en el muelle A-3 para evitar estas intromisiones, la presencia de estos jóvenes que intentan viajar ilegal y clandestinamente como polizones a Inglaterra en el interior del recinto portuario es prácticamente diaria, creando además nuevos problemas en forma de daños a las mercancías (principalmente vagones ferroviarios y vehículos) que esperan a embarcar en el muelle A-3.
Preocupación
En este sentido, la preocupación por este nuevo proceder de los polizones afecta no sólo a los operadores y a la Autoridad Portuaria sino también a los propios cargadores. Cabe destacar que el puerto guipuzcoano no sufre este problema de los polizones, mientras que en Santander el mismo se localiza en los alrededores de la Estación Marítima y la terminal de Brittany Ferries, alejada del muelle de Raos donde suelen embarcar los vagones ferroviarios.
Por otra parte, según fuentes policiales consultadas por este Diario, prácticamente cada día se detecta la presencia de unos dos o tres jóvenes albaneses en el interior del recinto portuario, en la zona del Muelle A-3 del Puerto de Bilbao en su intento de embarcar como polizones, generando “un goteo constante”.
Tipificación como “falta”
Habría también un grupo “estable” de unos 30 jóvenes acampados en Zierbena, en el exterior del puerto. Se trata, en todo caso, de una cifra muy inferior a la registrada hace unos meses, cuando por dos veces fue desmantelado un campamento que albergaba casi 200 personas que recibían ayuda por parte de voluntarios de la zona, causando lo que dichas fuentes califican un “efecto llamada”.
Cabe recordar que la Guardia Civil desarticuló el año pasado una mafia de origen iraquí que enviaba albaneses así como refugiados de países com Irak, Siria, Afganistán y Pakistán a Inglaterra desde el Puerto de Bilbao y también desde Santander, llegando a contabilizarse hasta 130 intentos semanales de alcanzar Inglaterra desde estos puertos.
Como señalan estas mismas fuentes, a pesar de la labor de localización, identificación y puesta a disposición de la Policía Nacional de estos intrusos, al tener su actuación consideración de falta, éstos quedan en libertad mientras se resuelve su expediente, circunstancia que aprovechan para llevar a cabo nuevas intentonas. Para ello, alguno de estos jóvenes ha llegado a ofrecer hasta 2.000 euros al capitán de un barco por llevarle a bordo de forma ilegal.