El 30 de diciembre se publicó en el BOE la orden ministerial que da luz verde a la Estrategia Indicativa Ferroviaria 2021-2026, que contempla movilizar 24.200 millones de euros en inversiones.
MADRID. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) ha puesto en marcha esta nueva hoja de ruta que se centra en el desarrollo, mantenimiento y renovación de la infraestructura ferroviaria que, a su vez, establece el marco financiero y de prioridades para actuar sobre la red ferroviaria, de cara a satisfacer las necesidades futuras de movilidad, la sostenibilidad del sistema y la consecución del espacio ferroviario único europeo.
Tras realizar un diagnóstico de la red ferroviaria española, el MITMA ha formulado ocho objetivos estratégicos (ver recuadros) que se incluyen dentro de los cuatro programas de actuación de la Estrategia que, a su vez, sirven para definir los dos escenarios alternativos que se han contemplado.
El 50% de las inversiones se destinarían a la mejora de la red convencional, mientras que el 50% restante se dedicaría a la alta velocidad
Dos escenarios
El primero de los escenarios contemplaba una estrategia “continuista” en la que la alta velocidad acumula el mayor porcentaje de inversiones. De hecho, en esta primera opción la media y larga distancia acapara el 72% de las inversiones, que llega al 78% si se suma el 6% de cercanías, frente al 14% de las mercancías. El escenario de continuidad en la potenciación de la movilidad interurbana (Escenario 1) “supone una continuación de las políticas de transportes de los últimos años, donde el principal propósito se centraba en el desarrollo de una nueva red de alta velocidad que lograra completar los objetivos marcados por el Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda (PITVI) 2012-2024”, se explica en el texto de la Estrategia Indicativa, donde se detalla que los recursos para el mantenimiento de la red se mantendrían en los niveles medios de los últimos años, de tal forma que el reparto aproximado de las inversiones destinadas a la red ferroviaria sería del 70% para las nuevas actuaciones a ejecutar en la red de alta velocidad frente a tan solo un 30% para la red convencional.
Ahora bien, en segundo lugar se ha propuesto un escenario basado en la mejora de la movilidad en todo el sistema ferroviario (Escenario 2). En este caso, lo que se pretende es reequilibrar las inversiones que se destinan al transporte ferroviario, de tal forma que la alta velocidad reduzca su porcentaje en favor de otras partidas, como las mercancías.
“El Escenario 2 supone la traducción en términos presupuestarios del cambio en el paradigma de la política ferroviaria”
De hecho, en el texto se detalla que en el conjunto del período temporal cubierto por la Estrategia, al menos el 50% de las inversiones se destinarían a la mejora de la red convencional, mientras que el 50% restante se dedicaría a completar las actuaciones en la red de alta velocidad, de tal forma que los recursos destinados a la alta velocidad serán para 2026 “una parte mucho más equilibrada dentro del conjunto total de los recursos dedicados a la red ferroviaria”. Sin embargo, es necesario destacar que el aumento de la inversión en mercancías en el Escenario 2 con respecto al 1 (el actual) es de solo 5 puntos porcentuales, pasando del 14% al 19%. Por su parte, la alta velocidad, aunque reduce su peso un 25% (del 72% al 49%), sigue acaparando la mayor inversión, sobre todo si se suma el 23% que se contempla en el Escenario 2 en cercanías y movilidad urbana.
Programas de actuación
La Estrategia Indicativa Ferroviaria contempla cuatro programas de actuación a través de los cuales se pretende conseguir los 8 objetivos. Estos son: desarrollo de la red ferroviaria; mantenimiento; renovación y mejora de la red; e integración medioambiental
Finalmente, la partida de mercancías contará a partir de ahora con el citado 19% de la inversión total, es decir, con 4.598 millones de euros, ya que desde el Ministerio se ha propuesto dentro de la Estrategia Indicativa tener en cuenta el Escenario 2, más adecuado para conseguir los objetivos estratégicos marcados. “La Estrategia Indicativa propone el Escenario 2, en línea con el resultado del Estudio Ambiental Estratégico que se ha desarrollado en paralelo y respaldado por la Declaración Ambiental Estratégica formulada, ya que contribuye de forma más eficaz a la mejora de la movilidad cotidiana de la ciudadanía y responde a los nuevos retos que se plantean al sistema de transportes en términos de seguridad, calidad, eficiencia y sostenibilidad ambiental y financiera”, se indica en el texto.
Para el MITMA, “el Escenario 2 supone la traducción en términos presupuestarios del cambio en el paradigma de la política ferroviaria, en concordancia con la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030”.
1. Potenciar una movilidad sostenible
El primer objetivo de la Estrategia Indicativa es “Potenciar una movilidad urbana y metropolitana sostenible, a través del servicio de Cercanías, e incrementar los niveles de accesibilidad y de cohesión social a través de un sistema ferroviario de calidad”. De esta forma, se pretende “situar al ciudadano y al usuario en el centro de todo el sistema ferroviario, como un elemento fundamental de una política de movilidad más que de una política de dotación de infraestructuras”.
En este sentido, “la Estrategia Indicativa plantea actuaciones de desarrollo y adecuación de la RFIG que fomentan una movilidad sostenible y garantizan la disponibilidad de servicios de transporte y el acceso a los mismos, como elemento cardinal que refrenda la igualdad de los ciudadanos”.
2. Mejorar el mantenimiento de la totalidad de la red
“Mejorar el mantenimiento de la totalidad de la red para evitar su descapitalización y aumentar la fiabilidad, el confort y la seguridad del transporte ferroviario” es el segundo objetivo de la Estrategia Indicativa Ferroviaria. Tal y como se detalla en el texto, “se ha detectado la necesidad de mejorar el mantenimiento de la red ferroviaria existente, sobre todo de la red convencional con especial atención a las Cercanías y a la Red de Ancho Métrico”. Por tanto, en este objetivo “se pretende potenciar actuaciones que aseguren el mantenimiento óptimo de la infraestructura ferroviaria y, para ello, la Estrategia Indicativa propone el aumento de la dotación presupuestaria dedicada a la conservación de la totalidad de la red, siempre siguiendo criterios de sostenibilidad y racionalización de recursos”.
3. Posibilitar la sostenibilidad económica de la red
El tercero de los objetivos que se contemplan en esta nueva estrategia inversora para impulsar el ferrocarril es el de `posibilitar la sostenibilidad económica de la red ferroviaria primando la eficiencia en la aplicación de los recursos”. En este caso, el fin es “plantear la conveniencia de estructurar la inversión en ferrocarriles de acuerdo con criterios de rentabilidad social de los proyectos, es decir, en función de cuánto contribuye una infraestructura ferroviaria a dar respuesta a las necesidades reales de movilidad de los ciudadanos, tras un análisis riguroso de su viabilidad técnica, social y económica”, se detalla en el texto.
4. Garantizar la interoperabilidad
El cuarto objetivo trata de “Garantizar la interoperabilidad nacional e internacional con el desarrollo de los corredores TEN-T, e impulsar actuaciones en favor del transporte intermodal”. Con su consecución, “se pretende disponer de las ventajas de la efectiva implantación de un espacio ferroviario único” y “facilitar la movilidad sin barreras entre los distintos modos de transporte”. Para ello, se explica desde el MITMA, “se deben impulsar actuaciones en favor del transporte intermodal para mejorar la accesibilidad y la conexión a los grandes nodos de transporte y áreas logísticas, además de fomentar la cooperación interadministrativa entre los agentes implicados”.
5. Impulsar el tráfico ferroviario de mercancías
El quinto es el único objetivo que contempla acciones específicas para “impulsar el tráfico ferroviario de mercancías, poniendo en valor su sostenibilidad medioambiental, mejorando su productividad y desarrollando nuevas fórmulas de gestión y explotación”. En base a lo formulado en el plan Mercancías 30, este objetivo pretende aumentar la cuota del ferrocarril frente a la de la carretera desde un enfoque de cadena integrada de transporte. Por tanto, se “persigue impulsar el transporte ferroviario de mercancías en España mediante la dotación de una red ferroviaria eficiente y competitiva, impulsando la I+D+i asociada a la cadena logística, principalmente a través de la digitalización de las infraestructuras y de los procesos de gestión de los servicios de transporte de mercancías, aumentando las prestaciones de las terminales ferroviarias de mercancías de la RFIG, promoviendo la mejora de las conexiones con los grandes nodos de transporte, puertos y plataforma logísticas, así como potenciando la multimodalidad e interoperabilidad mediante el lanzamiento de nuevos servicios de alto valor añadido, como son las autopistas ferroviarias”, tal y como se detalla en el texto.
6. Potenciar la seguridad operacional
“Potenciar la seguridad operacional en el transporte ferroviario mediante la aplicación de medidas encaminadas a la mejora de la explotación y a la reducción de la accidentalidad”, es el sexto objetivo de la Estrategia Indicativa Ferroviaria y, a través de él, “se pretende potenciar las actuaciones encaminadas a la mejora de la seguridad ferroviaria desde la seguridad operacional o ‘safety’, a través del refuerzo de la conservación y el mantenimiento de las infraestructuras ferroviarias, así como de los sistemas de seguridad, de control de tráfico y de señalización ferroviaria; y desde la seguridad contra actos ilícitos o ‘security’”, donde se contemplan acciones de ciberseguridad.
7. Fomentar la digitalización del transporte y la innovación
El penúltimo objetivo es el de “Fomentar la digitalización del transporte y la innovación, para garantizar una movilidad conectada”. Para lograrlo, la Estrategia aboga por el impulso del I+D+i, “para mejorar su competitividad y la calidad de la prestación de los servicios”. Por ello, se plantea la implantación progresiva del sistema ERTMS y de todos aquellos destinados a garantizar la interoperabilidad y la seguridad operativa del ferrocarril, el desarrollo de nuevos sistemas de sensorización, inspección, vigilancia y control, así como los avances tecnológicos en el material rodante o en aspectos encaminados a la mejora de la experiencia del usuario”.
8. Fortalecer la sostenibilidad ambiental de todo el sistema
El octavo y último objetivo versa sobre “Fortalecer la sostenibilidad ambiental de todo el sistema ferroviario”. Aunque el tren es el medio que menos contaminación efectúa, el texto señala que “el ferrocarril debe seguir mejorando su propia sostenibilidad ambiental”. Hay que recordar que el 35% de la longitud de la RFIG no está electrificada, que el tráfico ferroviario genera contaminación acústica y que genera un efecto barrera. Para reducir este impacto, en el texto se aboga por “inversiones en actuaciones de I+D+i y por implementar actuaciones encaminadas al aumento de la eficiencia energética en las estaciones de viajeros o en las terminales de mercancías”.