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Hoy puede ser un gran día

En aquel entonces yo era el becario de verano y él ya era un veterano y reputado locutor de informativos en la emisora de radio más escuchada de la ciudad. Siguiendo las enseñanzas y los consejos que me había dado un mes antes, durante el mes de agosto de aquel año en el que le sustituí me las apañé como pude para mantener el tipo ante el micrófono y presentar con dignidad y cierta soltura los boletines informativos, sin cometer los habituales errores en los que incurrían muchos de los becarios que aterrizaban en las emisoras de radio al comenzar el verano.

  • Última actualización
    31 agosto 2020 14:43

Como aves de paso que éramos los becarios, con la llegada de septiembre llegaba también la hora de abandonar el nido que nos había acogido durante dos meses y dejar sitio a sus legítimos ocupantes. Pero el 31 de agosto era distinto, especial. Algunos de los locutores titulares de la emisora, entre los que sobresalía mi maestro, adelantaban un día su reincorporación al trabajo tras disfrutar sus vacaciones, para ponerse al día de todas las informaciones que, en la distancia de sus lugares de veraneo, habían escapado a sus radares cuando Internet estaba aún muy lejos de cambiar para siempre la manera de informar.

Así, ordenados en cuatro pilas de 31 periódicos cada una, se pasaban la mañana y la tarde del 31 de agosto hojeando las cuatro cabeceras de referencia y afrontar así el inicio de la nueva temporada debidamente informados. Mientras tanto, terminada nuestra última locución, los becarios salíamos por la puerta de la emisora, abrumados por la incertidumbre que nos envolvería a partir del 1 de septiembre, con un diploma y los buenos deseos de quienes se quedaban al otro lado de la puerta como único equipaje.

La escena de los becarios de verano en la radio sigue repitiéndose cada 31 de agosto; no así la de las pilas de periódicos  preparados para recuperar la información “perdida”, toda vez que, tal y como han podido  comprobar todos ustedes durante este mes de agosto, la información no ha faltado a su cita diaria con los profesionales del transporte  y la logística a través de diariodelpuerto.com.

En esta incertidumbre, el sector logístico encara viejos y nuevos retos y el margen de maniobra para superarlos es más estrecho que nunca por las limitaciones de la crisis sanitaria. Pero su superación depende también de la actitud con la que se afronten

Este 1 de septiembre nos sitúa ante el inicio de una nueva temporada informativa que esta vez, en realidad, no es sino  la continuación de  la iniciada con la irrupción del Covid en marzo y que durante este mes de agosto ha cobrado una dimensión francamente preocupante ante el notable crecimiento de los contagios.

En este escenario marcado por la incertidumbre, el sector logístico encara viejos y nuevos retos, tal y como queda reflejado en el reportaje que publica hoy Diario del Puerto. 

El margen de maniobra para superar con éxito dichos retos  es hoy más estrecho que nunca dadas las limitaciones de todo tipo que impone la crisis sanitaria. Pero al mismo tiempo, su superación depende también en gran medida de la actitud  con la que se afronten. 

Es cierto que las sensaciones no son buenas y que los datos no invitan al optimismo pero es igualmente cierto que cada individuo forma parte de la solución. Por eso, este 1 de septiembre debe servir más que nunca para el necesario rearme anímico, individual y colectivo, que nos permita plantar cara a la pandemia y trabajar por la recuperación económica.

Como en la canción de Joan Manuel Serrat:  “Hoy puede ser un gran día/Duro, duro, duro con él”. 

Hoy también puede ser un gran día para los becarios de verano. Lo sé por propia experiencia.