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La necesaria (y urgente) transformación digital

No sé ustedes pero yo estoy harta de escuchar que, aunque estemos sumidos en el desconcierto más absoluto, la crisis económica nos está brindando la oportunidad de reinventarnos, de dar un golpe encima de la mesa y generar nuevas (y extraordinarias, por supuesto) oportunidades. De eso nada.

  • Última actualización
    13 noviembre 2020 17:07

Solo algunos privilegiados, los que disponen de capital y pueden jugar a mover dividendos, pueden hacerlo con tanta alegría e ilusión. Los demás, estamos currando, rompiéndonos la sesera por encontrar la manera de mejorar nuestros servicios potenciando el mejor capital del que disponemos: las personas que nos rodean en nuestra familia del trabajo. ¿Oportunidades caídas del cielo? Unas narices. Esfuerzo, dedicación, noches en vela y muchas ganas de sacar las cosas adelante. Eso es lo que yo veo a mi alrededor.

No hay que olvidar que la eficiencia de las cadenas logísticas depende, en gran medida, de la información

Y es en este escenario, en el de la búsqueda de cómo mejorar, en el que nos espera la transformación digital. Ya hace años que se habla de ella, de lo que supondrá para la cadena de suministro, pero es ahora, con la crisis del Covid-19, cuando la eficiencia se ha convertido en una obligación para asegurar la viabilidad del negocio y la digitalización (entendida como el rediseño de los servicios para mejorarlos, eliminando sus ineficiencias dentro de un nuevo ecosistema digital) es absolutamente imprescindible.

La digitalización supone una transformación de la cultura de la organización y un nuevo paradigma en la gestión de los datos que se beneficia de tecnologías como el 5G e innovaciones como el blockchain, el Big Data, la robótica colaborativa, la inteligencia artificial o el IoT (Internet de las Cosas). Porque sí, todas estas tecnologías altamente innovadoras pueden y deben aplicarse en el comercio internacional y el transporte de mercancías. No hay que olvidar que la eficiencia de las cadenas logísticas depende, en gran medida, de la información que se obtiene, cómo se procesa, almacena, actualiza, interpreta y explota. Así que toca familiarizarse con ellas para saber gestionarlas y aplicarlas al día a día. 

Esto supone, también, no nos engañemos, que los operadores tradicionales tienen sus días contados. La disrupción digital en la logística les obligará a tener cada vez más un papel irrelevante dentro de una cadena renacida en la transformación tecnológica. Que en los mercados online los cargadores puedan conectar directamente con los proveedores de servicios logísticos y los transportistas es una realidad. Ya se producen cotizaciones de fletes instantáneas, gestión de tarifas online (y navieras que dan el mismo precio a cargadores que a transitarias) y automatización de procesos, que se saltan al intermediario, así que, los transitarios ya están siendo interpelados por la urgencia que exige el mercado que empuja a la transformación. Los cargadores con mercancías menos complejas no tendrán problema en cambiar a los nuevos servicios basados en plataformas online. Ojo.

Por su parte, los puertos que avancen de forma más rápida y efectiva en esta transformación mejorarán significativamente su integración y sincronización con el resto de agenteslogístico-portuarios, así que el futuro de los enclaves pasa imperativamente por ser smart ports. Y mejor serlo hoy que dentro de 20 años porque serlo supondrá aumentar su rendimiento operativo y disminuir al mismo tiempo su impacto ambiental. En España, los puertos están en ello. Algeciras, Barcelona y Valencia lideran el camino, pero sin destacar. Esperemos que el Fondo Puertos 4.0, que pretende atraer talento para potenciar y facilitar la adaptación del sector logístico-portuario español a la economía 4.0, sea el revulsivo que necesitamos.