Lograr un título universitario y además lograr el trabajo que te permita desarrollar aquello que has logrado con mucho esfuerzo, debe ser un sueño hecho realidad. Todos los padres que no pudimos acceder a la Universidad hemos querido que nuestros hijos lo consigan. Y así ha sido. Hoy hay un número considerable de personas entre los 25 y los 35 años con un título universitario bajo el brazo, sin trabajo o con un trabajo precario que nada tiene que ver con su ilusión de los 18.
Algunos porque estudiaron carreras hermosas, dignas, de humanidades, para las que salida laboral en nuestro país es prácticamente nula. Otros, porque dejándose convencer de que estudiar una carrera era lo que había que hacer, optaron al azar pero su expediente académico acabó tan justo que están en idéntica situación. Una licenciatura universitaria es una oportunidad y un gran mérito lograrla, pero ahí es ya donde se tiene que empezar a buscar la excelencia y licenciarse con unos más que notables resultados, sacrificando tiempo libre por estudio. La falta de ambición colabora con el “botellón” y más tarde llegan las lamentaciones. El desengaño viene cuando no se cumple aquello que te dijeron de “estudia una carrera” y de inmediato tendrás un buen trabajo bien retribuido. Demasiados jóvenes escucharon demasiados vendedores de humo. No recuerdo en qué momento se descalificó la Formación Profesional en favor de los estudios universitarios. Por experiencia real, estamos en contacto con diferentes centros de FP como fondo para selección de personal y es complicado, porque tal y como acaban su FP1 o FP2 consiguen empleo relacionado con lo que han estudiado. Sin embargo, regularmente, nos llegan CV de licenciados universitarios optando a puestos de trabajo de logística, aduanas, administración o comercio internacional con una formación que nada tiene que ver con la posición demandada. Pero, claro, necesitan trabajar. Por eso, cuando hace unos días asistí a la comida-coloquio del Propeller en la que tuvimos la suerte de contar con Manuel Gomicia (director general de Formación Profesional y Enseñanzas de Régimen Especial de la Generalitat Valenciana) me marché muy satisfecho al conocer con mayor profundidad el proyecto de Formación profesional DUAL, específico para nuestro sector. Un proyecto que comparte una formación teórica con una extensión de la misma realizando prácticas en empresas del sector logístico que garantizan un puesto de trabajo con un porcentaje muy elevado a los alumnos cuando terminan sus estudios. Va a ser verdad que la vida es un círculo, porque hace ya unos cuantos años, aquellos estudiantes que no daban para ir a la Universidad, se les ofrecía una salida en los Institutos de Formación Profesional que era como jugar en segunda división, sin embargo, ahora la FP vuelve a tomar posiciones y a ocupar el puesto que se merece y con ella sus practicantes.
La mente es como un paracaídas, sólo funciona si se abre (Albert Einstein).
