MÁLAGA. La cena de clausura de cualquier Foro Aduanero tiene una especial motivación. No sólo porque marca el punto y final del evento, sino que es el momento elegido para desvelar la ciudad que será la sede de la próxima edición.
La cena de ayer no fue una excepción. Poco antes de comenzar a servir los postres, Antonio Llobet inició un pequeño juego que ya es una tradición en veladas como esta: una a una, fue dando pistas para que los más de 150 asistentes pudieran adivinar el nombre de la ciudad. Finalmente, a poco menos de dos minutos para las once y media de la noche, el presidente del CGAA desveló la incógnita, fundiéndose en ese mismo instante en un afectuoso abrazo con Carlos González-Chas Picó, presidente del Colegio Oficial de Agentes y Representantes Aduaneros de A Coruña y Lugo.
Carlos González-Chas recogió el testigo que deja Málaga, y lo hizo teniendo un reconocimiento para Manuel Álvarez, presidente del Colegio Oficial de Agentes y Representantes Aduaneros de Málaga, y, sobre todo, para Antonio Llobet, “por su inmediata disponibilidad para solucionar los problemas a los que nos enfrentamos los agentes de aduanas y por su compromiso total en el reconocimiento del prestigio de la profesión”.
A lo largo de la vigésima edición del Foro Aduanero se han ido desgranado todos y cada uno de los retos a los que la profesión tiene que hacer frente en los próximos años si quiere seguir siendo un eslabón fundamental en las cadenas logísticas y de suministro actuales.
