¿Cuál es su palabra logística favorita?
Si no dijera “ferrocarril” estaría mal.
¿Tiene algún apodo?
Muchos. “FM”, porque hablo “poco”y “bajo”; el Maldini de los trenes...
Ciudad pendiente de visitar.
Estambul. He estado en 65 países del mundo, pero no conozco Estambul.
Una ciudad para vivir.
Valladolid y, en todo caso, cualquier ciudad media española.
Un libro.
Lo terminé anoche. “Delito”, de Carme Chaparro. Me encanta la novela negra.
Una película o serie.
Película, “Superman”; y serie me quedo con “Sucesor designado”, por su mezcla de la política y la intriga.
Un cantante/grupo/disco.
Joaquín Sabina.
Un cuadro o escultura.
“Las bailarinas azules”, de Edgar Degas, cuadro que ha estado conmigo en mi habitación en mi casa desde pequeño.
Un vicio.
Si el fútbol es un vicio, mi vicio es el Real Madrid.
Una manía.
Soy virgo y soy perfeccionista.
Una pasión.
La política es una, es evidente, me encanta desde pequeño.
Una persona a la que admires.
José Luis Rodríguez Zapatero. Tuve el placer de hacer con él las campañas de 2004 y 2008. 34 mítines en 32 días. A Zapatero el tiempo le pondrá en su sitio de la historia. Fue un adelantado a su tiempo. A lo mejor no tenía la capacidad de trabajo de algunos, pero sí de ver más allá y vislumbrar cosas que se venían y pensar propuestas y atreverse a llevarlas a la práctica.
Personaje de ficción favorito.
Superman, porque tiene esa vertiente de Dr. Jekyll y Míster Hyde, serio, coherente... pero algún día te tienes que poner la capa y hacer que las cosas pasen.
Un animal.
No soy muy de animales, me llevo muy bien con ellos, pero si tengo que elegir uno me quedo con el perro por el concepto de fiel: soy una persona que valora mucho la lealtad.
¿Toca algún instrumento?
No. Soy un pianista frustrado.
¿Cómo se llama el grupo de whatsapp de sus amigos?
Tengo 180 grupos de whatsapp. El de mis amigos de Valladolid de toda la vida se llama “Pucelandia”, pero te podría dar nombres graciosos para aburrir como “Detrás del último... nadie”.
Cuando era niño, ¿qué quería ser de mayor?
Bombero.
Y en su próxima vida, ¿qué querrá ser?
Ya que ahora soy alma de tierra, me gustaría algo totalmente opuesto, como piloto de aviación.
¿Picking o packing?
Yo en la vida soy más de picking, de ir escogiendo pequeños momentos.
¿20 o 40 pies?
40 pies. Burro grande...
¿Ha pedido algún autógrafo en su vida?
Sí, pero no para mí. Por ejemplo, a Arconada para un buen amigo de la Real Sociedad. Por cierto, los dos fuimos porteros.
¿Cuál es su masa máxima autorizada?
95... 96 kilos.
Díganos el nombre concreto de una persona -fuera del ámbito político- a la que nombraría ministro o ministra de Transportes.
Nombraría a un técnico de reconocido prestigio que dé un plus. Por ejemplo, Álvaro Rodríguez Dapena, con una cultura, con un bagaje y con una capacidad de gestión enorme.
¿Cuál es su mejor marca personal?
Mi mejor marca es la regularidad.
Cuando no piensa en logística, ¿qué es lo que más le gusta hacer?
Soy muy cocinillas y me gusta mucho planchar, porque relaja y son tiempos que te permites para ti, para pensar.
¿Qué prefiere, fletar o flotar?
Hay dos cosas que no sé hacer en la vida: conducir, no tengo carné, porque siempre voy en transporte público; y nadar, porque tuve un accidente con 14 años en una piscina y me generó un trauma. Por eso, entre flotar y fletar, lo tengo claro, fletar.
¿Qué le infunde más temor?
No le tengo miedo a nada, ni siquiera al paso del tiempo.
Si tuviera que trabajar directamente en una rama/eslabón concreto de la cadena logística, en una actividad/profesión determinada, ¿cuál eligiría?
Siempre en las operaciones.
¿Cuál es su máxima en la vida?
Podría ser trabajo, trabajo y trabajo
Le apasiona el sector logístico porque...
Fui arrastrado. Yo provenía de la política de Castilla y León. A mi jefe lo nombraron presidente de Feve y me trajo consigo. La logística es como el golf: o te gusta o la aborreces. A mí me ha perseguido a lo largo de toda la vida y me han invitado a quedarme y puedo decir que me gusta.