La empresa de comercio electrónico puso en marcha el pasado agosto dos pilotos para valorar si sus conocidas “delivery station” (estaciones de entrega) pueden quedar en manos de terceros sin que se resienta la calidad del servicio que ofrece a sus clientes.
Los proyectos siguen en marcha en dos instalaciones, una en Zaragoza y otra en Murcia.
En los pilotos, los almacenes, el personal y la gestión están externalizados. Es decir, Celeritas es la arrendataria de los centros y es quien contrata al personal que trabaja en dichas instalaciones, que tienen capacidad para gestionar varias decenas de miles de envíos diarios. El trabajo que se desarrolla en estos almacenes, sin embargo, está altamente estandarizado y se lleva a cabo con procesos totalmente reglados por Amazon. Ambos centros de Celeritas trabajan en exclusiva para el gigante estadounidense.
“La logística de Amazon es muy intensiva en capital. Y Abrir tantos centros y estaciones logísticas como son necesarios para cubrir todo un país requiere inversiones titánicas, pero la firma ha visto que hay terceras empresas dispuestas a asumir ciertas tareas, algo que le permite reducir su capex y su riesgo de pasivo laboral, pues en cada estación hay más de 20 trabajadores”
A este tipo de estaciones logísticas es donde llegan en camiones los paquetes de los clientes de Amazon listos para una determinada provincia o ciudad y allí se preparan para su reparto por rutas. Son instalaciones intermedias, entre los grandes centros logísticos y de distribución que tiene Amazon en España y el reparto final de última milla.
Fuentes del sector aseguran que hasta este momento Amazon se ha ocupado de gestionar directamente tanto su red de centros logísticos como sus centros de distribución y sus estaciones de entrega, “pero esta estrategia de intentar abarcar lo máximo posible con recursos e inversiones internas estaría a punto de cambiar si subcontrata esos almacenes intermedios. Y eso que es en áreas como la logística donde la compañía ha construido una barrera de entrada inmensa ante sus adversarios y hacia donde estratégicamente ha destinado una gran parte de sus inversiones desde hace décadas”, subrayan.
Otros expertos apuntan que “la granularidad que exige la operativa logística de una firma como Amazon parece obligar a la compañía a diversificar su estrategia, y simultanear la apertura de nuevos centros y estaciones logísticas con la subcontratación de algunas tareas a empresas especializadas. Todo con el fin de dar respuesta a su única obsesión: la experiencia del cliente”.
Amazon ha dado un paso más allá y subcontrata las estaciones logísticas con Celeritas, no está reñido con la apertura de nuevos centros logísticos, con el desarrollo de sus propias flotas de aviones, furgonetas y drones o con el lanzamiento de iniciativas de economía colaborativa como Amazon Flex, muy criticada por algunos de sus socios en el reparto a domicilio.