BARCELONA · Estos certificados permiten a las empresas del sector logístico monetizar de forma rápida actuaciones de eficiencia energética realizadas en sus instalaciones y recuperar parte de la inversión efectuada a través de este nuevo sistema.
Así se detalló en la jornada que organizó la OTC–Logistics Green Deal de Barcelona-Catalunya Centre Logístic (BCL) el 4 de diciembre, un taller específico para conocer los beneficios de los Certificados de Ahorro Energético (CAE) para el sector logístico de Catalunya.
Tras las palabras de bienvenida del Xavier Sabaté, presidente de la OTC-LGD de BCL, y del director de desarrollo de negocio de BCL, Ramón Santalucía, se iniciaron las exposiciones a cargo de: Luis Claver y Raúl López Rodríguez, de B.E.G, Antoni Franquesa, de Factor Energia y Rodrigo Morell, de Creara Energy Experts.
Raúl López Rodríguez, de B.E.G, explicó que un CAE es una manera de monetizar un ahorro energético que la empresa obtiene después de realizar una inversión para llevar a cabo una actuación en eficiencia energética en sus instalaciones. Si el resultado de la actuación supone un ahorro de energía final equivalente a 1Kw/h, y si la inversión implica, por ejemplo, un ahorro anual de 500 Kw/h, la empresa podrá obtener un total de 500 CAE.
Para monetizar estos Certificados, la empresa debe acceder al mercado de los CAE en el que las empresas energéticas (comercializadoras de gas y electricidad y operadores al por mayor de productos petrolíferos y GLP) son las que van a comprar el ahorro generado por esa actuación, es decir, los CAE. Por lo tanto, la venta y la compra de los CAE “se establece siempre entre empresas” y son “una herramienta que ayuda a que los sistemas sean más eficientes”
Cuando una actuación de mejora de la eficiencia energética se realiza en el sistema de iluminación de una instalación, existen dos formas para acogerse al Sistema CAE: las estandarizadas, que son fácilmente replicables y que están incluidas en el catálogo actual de 144 fichas TER (como, por ejemplo, sustituir el sistema de iluminación por luminarias tipo LED), o las singulares, que son actuaciones más complejas o proyectos particulares que no está incluidas en el catálogo de fichas
A modo de ejemplo, expuso un proyecto de sustitución del sistema de iluminación por luminarias LED en un centro logístico de 17.000 m2, instalándose también un sistema de control de presencia y regulación con aprovechamiento de luz natural. Realizándose una inversión total de 100.000 euros, el ahorro anual de energía que genera esta actuación de mejora es de 34.803 euros. (con un precio de la energía de 0,13€/Kw/h). A esta cantidad la empresa podrá añadir unos devengos de 15.180 euros generados por la venta de los CAE (con un precio promedio de compra del CAE de 100€/Mw/h) y situándose en Payback en sólo dos años y cinco meses.
Antoni Franquesa, de Factor Energía, destacó que las comercializadoras de energía (electricidad, gas natural o combustibles) son los “sujetos obligados” por la Administración a comprar los CAE a las empresas que realizan mejoras en eficiencia energética. Pero destacó que “antes de llevar a cabo cualquier tipo de inversión, es necesario realizar una auditoría para determinar el estado inicial y, posteriormente, poder demostrar que la actuación ha generado una reducción del consumo energético”, es decir, que se lleva a cabo la misma actividad, pero consumiendo menos energía.
Añadió que las fichas TER facilitan mucho la tarea de acotar una actuación y también ya indican los CAE que podrán obtenerse tras efectuar la mejora. Una vez terminada la actuación, una entidad certificadora deberá certificar que se ha realizado dentro de los parámetros reconocidos y, tras este último paso, “ya se podrá monetizar el CAE (1 CAE equivale a 1 Kw/h de energía ahorrada), vendiéndolo a una compañía que sea sujeto obligado”, generalmente, una comercializadora.
Por otro lado, se refirió a las ventajas que presenta el Sistema CAE para las empresas, ya que puede aplicarse no sólo a procesos industriales, sino también a procesos de iluminación, climatización, aislamiento de instalaciones o, incluso, al cambio de ventanas. Además, el importe devengado de un CAE “va directo a quien hace el esfuerzo inversor para disminuir el consumo de energía”.
Para las comercializadoras, la ventaja que presenta este sistema es que una parte del importe que están obligadas a pagar al Fondo nacional de Eficiencia Energética (FNEE) pueden liquidarse con CAEs adquiridos a los consumidores de energía que hacen inversiones para mejorar su eficiencia energética. Por esta razón, están interesadas en comprar CAEs a quien tenga y, especialmente, a sus clientes.
Rodrigo Morell, de Creara Energy Experts, subrayó que el Sistema CAE está soportado jurídicamente “por un marco legal duradero, pero a la vez flexible y que se irá adaptando con el tiempo”. Además, para las empresas que obtengan CAEs y los vendan, se van a generar unos 1.000 millones de euros anuales para eficiencia energética hasta el 2023. Y, dado que el CAE supone “el pago del ahorro energético de un año, es atractivo para las empresas porque pueden cubrir un gran tanto por ciento de las inversiones realizadas en tecnologías para la eficiencia energética”, además de reducir el período de retorno de la inversión “en hasta dos años”.
También indicó que es un sistema previsible porque se ha diseñado para permitir planificar inversiones rentables en eficiencia energética, obteniendo unos “ingresos seguros y en pocas semanas” por el hecho de ahorrar energía. A modo de ejemplo, indicó que los CAEs se pueden cobrar entre 15 y 60 días y que hay instaladores que, incluso, anticipan el pago de los certificados.
Por lo tanto, el Sistema CAE es un mercado B2B de financiación y demanda privada, pero con un control público- privado y una regulación y control bajo la supervisión pública. Asimismo, es un sistema compatible con otras ayudas o subvenciones de otros programas como, por ejemplo, los fondos Next Generation.
En el caso de España, y en función del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) se estima que el Sistema CAE aporte el 22% del ahorro de energía previsto hasta 2030 y que también permita canalizar una inversión acumulada superior a los 5.000 millones de euros anuales hasta ese año.