El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, intervino recientemente en el Parlamento Europeo para mostrar la visión “global, capilar e integradora” que la Junta plantea de lo que debe ser una adecuada definición de las Redes Transeuropeas de Transportes y defendió la necesidad de dotar a los puertos del Atlántico peninsular de un acceso real al espacio europeo a través de Castilla y León.
Tras exponer las claves de la estrategia logística y las potencialidades de la Comunidad, reclamó incluir dentro de la Red Transeuropea de Transporte (Red TEN-T), en la próxima revisión del Reglamento 1315/2013, de todos aquellos tramos que faltan (“los eslabones perdidos”) para conectar las regiones del este de Europa con la fachada atlántica y sus puertos, ya que dicha inclusión podría suponer que esos eslabones perdidos se pudieran beneficiar de hasta un 40% de fondos CEF.
Papel de los puertos
Expuesta la posición estratégica de Castilla y León en el contexto nacional y europeo, fortalecida por la importancia para el Corredor Atlántico, mantuvo que la Comunidad forma parte de la zona de influencia de los puertos de la Cornisa Atlántico–Cantábrica, y por ello, la importancia para Castilla y León de su conexión con puertos del noroeste Atlántico de la Península Ibérica como territorio de interior.
Suárez-Quiñones señaló que los puertos desempeñan un papel trascendental en la dinamización de las zonas de influencia y por ello es necesario mejorar las conexiones de los puertos de la fachada atlántica española (Gijón, Avilés, Vigo, A Coruña) con Castilla y León, como zona de influencia interior, para que puedan formar una nueva red de entrada y salida del continente. Por otro lado, reclamó la unión de los corredores Atlántico y Mediterráneo que atraviesan la Península Ibérica y consideró imprescindible la mejora de la comunicación ferroviaria norte-sur de la península mediante la mejora y adecuación de la línea directa ferroviaria Burgos-Aranda de Duero-Madrid.