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Cuando el coste energético no deja crecer

  • Última actualización
    28 septiembre 2022 11:32

Las explotaciones y plataformas logísticas especializadas en la logística de productos a temperatura controlada y congelados están sufriendo de manera notable el encarecimiento de la energía y la inflación desbocada.

Si bien un análisis de sus grandes cifras dibuja una situación relativamente positiva, lo cierto es que las perspectivas del sector no son nada buenas. Según el Observatorio del Almacenamiento en Frío del primer trimestre del año (últimos datos disponibles al cierre de esta edición), elaborado por la Asociación de Explotaciones Frigoríficas, Logística y Distribución de España (ALDEFE), la ocupación media de los almacenes de productos congelados en España ha sido del 79,54%, frente al 82,25% del último trimestre del pasado año. Por el contrario, la facturación en este período se ha incrementado 15 puntos, con algo más de 66,25 millones de euros. Este desbalance se explica, según la Asociación, por el aumento de la inflación, que provoca un incremento en el coste de los servicios que prestan estas explotaciones.

Por regiones, la Comunitat Valenciana encabeza el ranking con el 86,9%, mientras que la Zona Norte es la que presenta los menores valores de ocupación con el 74,8%. Se encuentran por debajo de la media la Zona Sur con un 77,5%, Asturias y Galicia con un 77,7% y la zona Centro con un 79,5 %; y por encima de la media, además de la citada Comunitat Valenciana, Canarias con un 80% y Cataluña con un 82,9%. Respecto al trimestre anterior destaca el descenso de la ocupación en el Norte (74,8 % frente al 83%) y el aumento de la ocupación en Cataluña en un contexto general de descenso (82,9% frente al 79,5%).

$!El incremento del consumo de productos congelados en los últimos años ha permitido al sector poder crecer de manera sostenida, logrando una facturación superior a trimestres anteriores.

En cuanto a los valores medios de los indicadores de actividad y facturación para el primer trimestre de 2022, hay que destacar que el número medio de empleados por 10.000 metros cúbicos llega a los 4,17, mientras que las toneladas manipuladas por metro cúbico llegaron a las 0,29. La facturación media por metro cúbico fue de 10,33 euros. Todos los indicadores analizados aumentan respecto al cuarto trimestre de 2021, especialmente el número medio de empleados (19,48%), y la facturación media con un 25,51%.

Como se ve, datos moderadamente positivos, aunque las perspectivas no son nada halagüeñas. Marcos Badenes, secretario general de la ALDEFE, asegura que el sector ha cerrado el primer semestre con cautela. “Si bien es cierto que las expectativas eran de clara mejoría, la realidad se ha impuesto y el incremento del coste energético junto con la inflación y su inevitable alza de precios ha generado un escenario de cautela y protección”, afirma.

Este incremento de los costes energéticos y de la propia inflación, ya esperado, ha obligado a las empresas a acompasar su actividad a las circunstancias y a contener costes. Los ajustes de los turnos a los precios de la energía y la mejora del mantenimiento de las instalaciones han permitido una mayor eficiencia energética, que se ha traducido en “mejores y más eficientes desescarches, arranques de equipos más eficientes, menos y más concentradas aperturas de puertas de cámara y mejores recargas de baterías de carretillas”.

En este escenario, la cuestión clave es saber si las explotaciones frigoríficas han podido repercutir estos costes a sus clientes. “Se ha procedido poco a poco a ajustar las tarifas de los clientes a la realidad de la explotación”, aunque Badenes matiza que no siempre se ha podido llevar a cabo ya que “el cliente no siempre lo podía asumir”. En ese sentido, “podemos decir que las percepciones se han cumplido y las expectativas no tanto”.

Prudencia

Así, la palabra que define al sector hoy por hoy es “contención”. Se mantiene el número de empresas porque la industria está en crecimiento constante desde hace diez años, impulsada por el incremento en el consumo de producto congelado y refrigerado lo que hace necesarias a las empresas especializadas.

Además, el volumen de metros cúbicos sigue siendo constante y, lo más importante, se mantiene el empleo, donde el acuerdo entre ALDEFE y las centrales sindicales con la aprobación del convenio colectivo sectorial “ha sido una palanca muy positiva y activa que ha generado estabilidad, control de costes y mantenimiento de los puestos de trabajo”.

No obstante, nadie en el sector se atreve a hacer previsiones en un contexto tan cuestionado. “Habría que hablar de percepciones. Mientras haya consumo de productos a temperatura controlada, y este consumo sea constante y al alza, sin duda, la percepción del sector será, con todas las limitaciones que tiene una situación inestable, positiva”, afirma Badenes.

$!Cuando el coste energético no deja crecer
$!Cuando el coste energético no deja crecer

Por ello, todos esos ajustes y contención que realizan las empresas del sector “se verá claramente al final de ejercicio con la liquidación del impuesto de sociedades que se verá muy mermado por este diferencial tan significativo”. Badenes adelanta que “muchas empresas del sector empatarán resultados y algunas tendrán que tirar de reservas para equilibrar las cuentas”. Con todo, el secretario general de ALDEFE puntualiza que el sector se ha fundado en una “envidiable salud financiera y que tras la gran crisis de los 90 amortizó préstamos y aprendió a no endeudarse más allá de lo imprescindible”.

Este relativo frenazo en la evolución de las plataformas logísticas hace que sean menos propensas a acometer nuevos proyectos, aunque los hay, sobre todo aquellos ligados a una mayor eficiencia energética, proyectos atados antes del incremento de costes ligado a la triple curva ascendente: energía, costes de suministros e inflación. “Tenemos claro, además, que somos un sector consolidado y con un crecimiento sostenidos, ya que nuestros productos cada vez tienen más peso en la dieta de los consumidores. En definitiva, se necesitarán más cámaras frigoríficas para cubrir esas necesidades”, afirma Badenes. “Hay ganas de captar esos clientes futuros pero la prudencia se impone. A corto plazo se culminan proyectos, a medio y largo plazo hay voluntad y proyectos, pero no se ejecutarán hasta que se aclare la situación”, reconoce.

Y a partir de ahora, ¿qué? El principal objetivo para las empresas es volver a recuperar márgenes no a corto plazo, sino a medio y largo, como mínimo unos dos años que Badenes califica de “críticos”, aunque cree que “serán superados con nota por nuestro sector, que está acostumbrado a luchar en el mercado de la libre competencia y llegar a crecer incluso en momentos difíciles”.

$!La búsqueda de una mayor eficiencia energética y la optimización de recursos humanos y tecnológicos es una de las herramientas implementadas por las empresas para poder compensar el aumento de los costes.

Caballos de batalla

El gran caballo de batalla al que tiene que hacer frente el sector es el coste energético, de eso no hay duda. La factura eléctrica de una empresa dedicada al almacenamiento frigorífico representa en torno al 50% de su cuenta de resultados.

Marcos Badenes denuncia que la fiscalidad ligada a la energía es “altísima”, una situación agravada por la exclusión de estos operadores especializados de las ayudas en bonificación del Impuesto Eléctrico. A esto hay que sumar que “no conseguimos ayudas a la eficiencia energética de forma directa porque la Administración no nos considera industria”, algo que además también impide lograr bonificaciones específicas en el abono del Impuesto Eléctrico. Pero la presión fiscal no viene únicamente de ahí. La liquidación del Impuesto de Actividades Económicas se realiza por cámara y no por metros cúbicos totales.

Esa alta fiscalidad no es el único hándicap para las explotaciones logísticas especializadas. Badenes califica el intrusismo de los almacenes privados como “un problema para nuestra actividad” porque “ofrecen servicios a precios irrisorios, pero de baja calidad”. Badenes denuncia que “estas instalaciones no reúnen las condiciones necesarias para garantizar la calidad al cliente”, ya que “el intrusismo siempre lleva aparejado un perjuicio para el cliente que contrata con el pirata, además de ocasionar competencia desleal en el sector”. Por eso, el secretario general de ALDEFE defiende el papel de las asociaciones profesionales como la suya, ya que “son una garantía de calidad para el almacenaje porque nuestras empresas están certificadas”.

Si bien es cierto que las expectativas eran de clara mejoría, la realidad se ha impuesto, advierten desde ALDEFE, y el incremento del coste energético junto con la inflación ha generado un escenario de cautela y protección
EN DESTACADO
Marcos Badenes
Secretario general de ALDEFE

El intrusismo siempre lleva aparejado un perjuicio para el cliente que contrata con el pirata, además de ocasionar competencia desleal en el sector

Energías renovables como tabla de salvación

El sector de las explotaciones y plataformas logísticas especializadas en temperatura controlada está sufriendo de forma directa el conflicto que se vive en Ucrania. ALDEFE recuerda que el principal consumo de la industria es el energético, que se ha multiplicado exponencialmente.

Hoy por hoy, el coste energético de estas empresas llega al 50% del total, “un escandaloso precio que están pagando las empresas de almacenamiento frigorífico público por dar el servicio a sus clientes y por alcance a los consumidores finales”, denuncia Marcos Badenes, secretario general de ALDEFE. El resto “es variable, pero sin duda dependiendo de cada compañía podemos decir que un doble digito no está alejado de la realidad en los incrementos de costes”. Este “drama” no tiene visos de solucionarse a corto plazo, sino que tiene una línea ascendiente y, sobre todo, se ha producido en un periodo muy corto de tiempo que dificulta el ajuste y la proyección de estrategias de gestión. Además, Badenes denuncia “la poca o ninguna colaboración por parte de las comercializadoras de energía más importantes”.

Pero no es el único. Los servicios y productos necesarios para garantizar el funcionamiento de las plantas (plásticos de retractilado, palés de mercancías o embalajes para los productos, entre otros muchos) han sufrido un encarecimiento muy importante, bien por su coste de producción ligado a la energía o bien por el incremento de la inflación. “Ciertamente no todo tiene que ver con la guerra de Ucrania, pero, sin duda, es un elemento catalizador clave”, apunta Marcos Badenes.

Por eso, dentro de este contexto y problemática ligada a la energía, la búsqueda de nuevos suministros que provengan de energías renovables es contemplada de manera “rotunda” por las empresas. “Todas las posibles energías renovables que puedan implementarse en las explotaciones frigoríficas se contemplan, se analizan y se incorporan”, tal y como asegura Badenes.

El caso más llamativo es la generación fotovoltaica que ha permitido ajustar la parte de la factura eléctrica que incorpora la potencia necesaria en las instalaciones y también el ajuste del consumo en las horas más calurosas del día, “algo importantísimo si tenemos en cuenta que las cámaras frigoríficas trasforman ese calor en frio para la conservación de productos perecederos”. Tampoco se descartan otras fuentes de energía como la eólica con aerogeneradores o la procedente de biomasa. “Todo se contempla en este momento y nada se descarta a primera vista”, reconoce Badenes.