Según este estudio, que analiza el uso de la factura electrónica en España entre 2017 y 2018, las empresas de paquetería emitieron y recibieron el 0% de las facturas electrónicas sobre un total de 181,88 millones de documentos emitidos y recibidos.
En el periodo analizado en el estudio, las empresas de paquetería emisoras de la facturas electrónicas representaron el 0,06% del total y las receptoras el 0,02%.
“Esta baja participación - explica Alberto Redondo, director de Marketing de Sepes para Iberia y LATAM – llama la atención porque se trata de un sector en alza debido al auge del e-commerce”.
Sin embargo, añade el directivo, “se prevé que las empresas del sector comiencen a apostar por la e-factura por diferentes motivos, entre ellos por la seguridad que ofrece la factura electrónica”.
Cabe recordar que el mayor número de empresas usuarias de la factura electrónica se encuentran en los sectores de servicios e industria.
De acuerdo con el estudio, el número de facturas electrónicas procesadas en 2018 en España ascendió a 181,88 millones de documentos, un 14,92% más que en 2017, según el estudio.
Del total, 147,95 millones de documentos corresponden a transacciones entre empresas (B2B), 22,29 millones a operaciones entre empresas y las administraciones públicas (B2G) y 11,63 millones a ventas de empresas a particulares (B2C).
Según el informe, gracias al uso de la factura electrónica, las empresas españolas se ahorraron en 2018 algo más de 900 millones de euros en la gestión de las facturas recibidas y 511 millones de euros en la gestión de las facturas emitidas.
2019, punto de inflexión
A pesar de la contracción del crecimiento económico en la zona euro, todo parece indicar que 2019 será un año muy importante para la universalización de la factura electrónica en la Unión Europea.
El nuevo estándar europeo de factura electrónica es obligatorio en las relaciones B2G desde el 18 de abril de 2019, para todos los Estados Miembros de la Unión Europea.
Las primeras iniciativas nacionales, que apuntan a una obligatoriedad general del uso de la e-factura, serán el espaldarazo definitivo a la desmaterialización de la factura y al impulso del intercambio electrónico de otros documentos.
“La e-factura es una pieza clave de la transformación digital de los negocios y sus efectos positivos empezarán a notarse en el conjunto de la sociedad”, añade Alberto Redondo.