La jornada, moderada por David Muñoz, EU Industry 4.0 en Ford Motor Company, repasó cuál es el modelo al que se enfrenta el sector tras la irrupción de la pandemia generada por el Covid-19 y el nuevo modelo que se ha dibujado en el panorama a corto plazo, tanto a nivel personal como profesional.
Los cuatro ponentes expresaron su opinión al respecto enriqueciendo el debate desde cuatro puntos de vista diferentes (consultor, operador logístico, naviero y tecnológico), pero necesariamente vinculados como sectores complementarios.
En este sentido, Javier Cubas recordó que, dado el origen chino de su compañía, se han notado los efectos del Covid-19 “desde el minuto 1”, aunque aseguró que la respuesta del sector logístico, en general, “ha sido bastante buena”.
Cubas quiso recordar que la crisis de 2008 generó oportunidades y cambios de tendencia que ahora se mantienen. “En esos momentos surgieron las grandes alianzas marítimas, antes impensables, y que a día de hoy dominan el mercado. El sector marítimo tuvo capacidad de reacción, que unido a la voluntad de entendimiento, generó una adaptación ejemplar. No tengo ninguna duda de que para superar esta nueva crisis el entendimiento y la colaboración volverán a ser claves”.
Por su parte, Xabier Azarloza relató el comportamiento variable del sector logístico durante esta crisis. Así, por ejemplo, argumentó que la cadena de suministro relacionada con los productos sanitarios ha fallado debido, entre otras cuestiones, a la globalización y la localización de la producción industrial. Por otra parte, aseguró que sí ha funcionado bien la logística relacionada con los suministros de productos de primera necesidad. En este sentido explicó que es necesario controlar la producción y el origen de los productos.
Azarloza también se refirió al crecimiento del e-commerce durante la crisis, “algo que sólo han podido aprovechar los que estaban preparados para desarrollarlo”.
Costes
Yolanda Bautista, por su parte, introdujo nuevos parámetros en el debate relacionados con la sostenibilidad de la última milla o la colaboración. “Venimos de una cadena de suministro centrada en el coste y en la globalización, cuando lo que ha comenzado a valorarse ahora es la flexibilidad, la velocidad y la sensibilidad al riesgo”.
Bautista coincidió con Cubas en la necesidad de establecer nuevas vías de colaboración entre los diferentes agentes que intervienen en la cadena de suministro y reclamó una mayor interacción entre el mundo de la empresa y la Universidad.
Por su parte, Nicolás Agustín-Payá aseguró que “no volveremos a ver la cadena de suministro como estaba hasta ahora. Es necesario deslocalizar, lo que supondrá nuevas oportunidades para actividades como el transporte terrestre o el ferroviario”. “No todo es coste -recordó- hay que mirar por la seguridad de la economía”.
Por lo que respecta a la deslocalización, Javier Cubas expresó sus dudas respecto a que pueda resultar un proceso sencillo y relató los esfuerzos que están haciendo las navieras para conseguir una integración vertical y tener presencia en toda la cadena logística, un objetivo que está indisolublemente unido al proceso de digitalización de los servicios.
En esta misma línea, Xabier Azarloza explicó que la implementación creciente de la tecnología a los procesos es algo que está llegando, pero que requiere análisis y flexibilidad. Con todo, el director general de In Side aseguró que lo que tienen que hacer las empresas es “cuidar de las personas y de su conocimiento. La destrucción del tejido empresarial puede llegar si nuestro know how se va”.